POR culpa del coronavirus y sus circunstancias, no se habla ni se escribe de otra cosa. Menos aún de la cultura, que ha sido olvidada en esta crisis, en una demostración palpable del nulo aprecio que por esos asuntos sienten los políticos. En este país, la salud es lo primero y el dinero también. Del amor por la cultura sólo se acuerdan unos cuantos chiflados, a los que tratan como si fueran pangolines, algo exótico. Así las cosas, en la Real Academia Sevillana de Buenas Letras han elegido a su nueva junta, en la que entra como director, el ilustre dermatólogo Ismael Yebra Sotillo, y como vicedirector el ilustre notario Pablo Gutiérrez-Alviz y Conradi, bien acompañados por otros prestigiosos académicos.

LA prohibición de viajar entre provincias andaluzas en la misma fase era absurda, carente de base científica y ruinosa para la hostelería. En diversos artículos anteriores, planteé la siguiente duda: ¿llegarán antes los sevillanos a Matalascañas y Chipiona o los alemanes a las islas Baleares? Han ganado los sevillanos, enhorabuena. Desde hoy podrán ir a sus segundas residencias (o pisitos-patera) de las costas, igual que se han ido este fin de semana a los chalés del Aljarafe o de otras comarcas provinciales. Los sevillanos han ganado por poco, también es verdad, ya que en Baleares ultiman un plan piloto para que lleguen turistas alemanes la semana próxima. Si bien, se les ha complicado. Por culpa de los alemanes, que en su gran mayoría no se fían de venir a España. Sigue en la lista negra.

LA fiesta local sevillana del Corpus se ha convertido en un problema para Andalucía. Han pasado las ocho provincias a la fase 3. ¿Y ahora qué hace la Junta? ¿Lo contrario de lo que pedían, o arriesgarse a un éxodo masivo? Lo más lógico es abrir la puerta, porque el coronavirus está de recogida. Viene un puente de plata. Pero no de plata como la Custodia de Juan de Arfe, sino de plata para largarse. Es archiconocida la frase: “Al enemigo que huye, puente de plata”. Se atribuye al Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba, si bien es más popular por estar reproducida en el Quijote cervantino. En el Corpus de 2020, el puente de plata no es para que huya el enemigo, sino el sevillano. Y esas fugas llegarán después de las amenazas de Juanma Moreno: si no hay café para todos en la fase 3, no habrá movilidad entre provincias.

DECÍAMOS ayer que vuelve la Liga, que se reanudará el próximo jueves con un apasionante Sevilla-Betis, y que ya no se hablará con la misma intensidad del coronavirus. Habrá fútbol todos los días, desde el 11 de junio al 19 de julio. Algo así como una cuarentena deportiva. Para que vean el poder del fútbol: resultó que el mismo día en que toda la oposición de Colón (también Ciudadanos) estaba pidiendo la dimisión del ministro Grande-Marlaska, apareció por la tarde el gran Simón en el show de su rueda de prensa, y dijo que estudiarán la posibilidad de que el público vuelva a los estadios antes de que acabe la Liga; o sea, dentro de un mes, o puede que antes.

SE acabó lo que se daba. Falta una semana. Al coronavirus le quedan siete telediarios. Vuelve el fútbol, y ya no se hablará de otra cosa.Ya no se hablará de Joaquín el de Bélgica, sino de Joaquín el del Betis. Volverá el balón y empieza por todo lo alto, con un Sevilla-Betis como primer partido. Un duelo fratricida, que resultará un poco descafeinado por la ausencia del público. En este caso, para beneplácito del equipo visitante. No es lo mismo sentir el aliento de la afición local (y lo que no es el aliento), o jugar como en un entrenamiento en el estadio vacío. Sin público se oye todo. De modo que si alguien piropea al árbitro desde el banquillo, o le dice “hijo de terrorista” o “señora marquesa”, no hará falta que el cuarto árbitro haga de chivato.