AL cumplirse los 10 años del asesinato de Marta del Castillo han vuelto a ponerse los focos mediáticos sobre un caso que sigue provocando una oleada de indignación popular. Se diga lo que se diga, ha sido un fracaso para la Policía y para la Justicia. Es cierto que Miguel Carcaño se confesó autor del crimen, que está pagando sus culpas en prisión (tras ser condenado a 21 años), y que no se le ha permitido beneficiarse de ventajas penitenciarias. Es cierto que los sospechosos fueron enjuiciados y que algunos quedaron absueltos por falta de pruebas. Sin embargo, aún se ignora dónde está el cadáver de Marta. No ha sido hallado, ni se sabe dónde puede estar.
DECÍAMOS ayer que la Junta, en esta nueva etapa, debería reconocer con el nombramiento de Hijo Predilecto de Andalucía a Antonio Burgos, que se lo merece desde hace muchos años. Y nadie lo podría ver como un favor, porque él siempre ha sido independiente y ha repartido para todos, a izquierda y derecha. Pero no es el único caso de marginación. En el listado de medallas e hijos predilectos aparecen muchas personas que se lo merecían, pero también un montón de colegas y amigotes, casi todos de la misma cuerda. En el mundo del arte y la cultura han sido sectarios. Por ejemplo, no han concedido la Medalla de Andalucía a Luis Álvarez Duarte ni a ningún imaginero andaluz, mientras reconocían a artistas de inferior valía y méritos.
EXISTE un clamor popular y ciudadano para que el cambio se note. También para darle otro aire a las medallas y distinciones del 28-F. Si Andalucía celebra en ese día su autonomía, que fue la reconquista democrática de la libertad, se debe notar, pero de verdad. Empezando por incluir a los que fueron castigados con un vergonzoso y partidista olvido. Por eso, varios compañeros periodistas, a los que me adhiero, están pidiendo estos días la Medalla de Andalucía para Antonio Burgos. Pero seamos justos. La Junta no debe concederle una medalla, sino nombrarlo Hijo Predilecto de Andalucía, su máxima distinción. Igual que lo nombraron Adoptivo en Cádiz, en tiempos de Teófila. Se lo merece desde hace muchos años. Y no sólo porque sea un gran periodista, un maestro de generaciones de articulistas, sino por su importancia para forjar la conciencia de Andalucía.
LA carrera presidencial de Juan Manuel Moreno Bonilla para la reconquista de Andalucía comenzó con una foto delante del Don Ángelo, aquel puticlub, donde le acompañó la cúpula del PP andaluz; y culminó ayer con otra foto delante del Palacio de San Telmo, donde le acompañaron los consejeros y consejeras. En total, eran 12, como los apóstoles, y posaron delante del antiguo Seminario. Dijo el nuevo presidente de la Junta que hoy comienza a rodar el balón. Al nuevo Gobierno andaluz se le dará bien el baloncesto, no en vano tienen a Javier Imbroda. La historia se ha escrito así, entre dos fotos. La del puticlub representó los abusos de la Junta. y la del antiguo Seminario simboliza el pacífico asalto a los cielos de San Telmo, urnas mediante.
EL presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla (hasta ayer por la mañana Juanma), ha proclamado su nuevo Gobierno autonómico. En realidad, dio a conocer los seis nombres del PP, pues los cinco de Ciudadanos ya habían sido filtrados por el vicepresidente, Juan Marín. Con detalles como esos se aprecia que es un Gobierno bicolor, que necesita armonía y coordinación. Para asuntos verdaderamente importantes, como quién manda en Canal Sur, no habrá repartos, sino que van a crear un ente común de gestión. El cambio no lo va a protagonizar un partido, sino dos (PP y Ciudadanos), con un tercero (Vox) que se queda fuera y le han admitido una Consejería de Familias (así, en plural), unida a la de Sanidad. Ahí es ná…