POCOS casos han tenido tanto apoyo y eco popular como el de los bomberos sevillanos juzgados en Grecia. No se entendía que Manuel Blanco, Julio Latorre y Enrique Rodríguez fueran acusados de introducir ilegalmente emigrantes, por su labor en la isla de Lesbos. Por ello, la sentencia exculpatoria ha sido acogida con júbilo. La pesadilla de ir a la cárcel ha terminado para ellos. Al tiempo se ha comprobado que ese apoyo unánime (y puede que la presión diplomática ejercida con discreción) ha llevado a una solución satisfactoria.
FALTA poco más de un año para las elecciones municipales, y bien que se nota. En los próximos meses, la batalla no se librará sólo a escala global, sino también barrio a barrio, calle a calle, plaza a plaza, casa a casa, rata a rata, árbol a árbol, bache a bache… La macropolítica deja paso a la micropolítica. Los concejales abandonan los salones de la Plaza Nueva para acudir a las periferias y el barro. El PP presentó ayer la campaña de Beltrán Pérez, titulada Sevilla por encima de todo. Un eslogan que gusta a todos. Ya han empezado a pelearse con Ciudadanos hasta por el eslogan.
Beltrán Pérez apuesta por “el diálogo de barrio”. En el PP saben que eso le dio un buen resultado a Juan Ignacio Zoido en 2011. Le dio 20 concejales, con los que puso el listón muy alto. Puede que demasiado, ¿verdad? Sin aspirar a tanto, Beltrán Pérez (que estuvo cuando aquello) confía en que los barrios sean su tabla de salvación ocho años después.
CON tantas polémicas sobre el turismo, parece que en Sevilla sólo está funcionando la compraventa de pisos para especular con los alquileres turísticos. No es así. O, al menos, no es exactamente así. También se ha detectado en los últimos meses un claro aumento de la compraventa de pisos para vivir. Es lo que se deduce de las tasaciones del mercado inmobiliario que publicó Tinsa, ya que en el casco antiguo (zona turística por definición) los precios subieron un 2,8%, mientras en otras zonas residenciales, como Los Remedios, los precios han crecido un 8,8%, y en sectores como los distritos del Sur, San Pablo y Santa Justa se han encarecido más del 11%.
ALGUNOS criticaron al alcalde Espadas por alargar la Feria y dejarla como la de Jerez, que empieza hoy. Y es verdad que en Sevilla gusta mucho una feria, pero eso no significa que la gente se pase la vida de juerga. Aquí hay ferias de todo tipo. Este fin de semana, hoy mismo, las tenemos en plan más intelectual: una de Ciencias y otra de Letras. La Feria de la Ciencia en el Palacio de Congresos de Fibes. La Feria del Libro, con sus casetas, en la Plaza Nueva. Y sin paseo de caballos, ni sevillanas, pero con señorío. Es cierto que todavía no se publican fotos del marqués del Atún y la condesa del Betún, cuando llegan a la Feria del Libro para disfrutar de un recital poético como si fuera una faena de El Juli.
NO se sabe por qué, a un cierto sector de la izquierda más progresista le dio por los tranvías. Y no me refiero a los antiguos tranvías, como el que causó aquel accidente del paso de la O, aquellos tranvías de las fotos en sepia y de los tiempos del cardenal Segura. Me refiero a los tranvías como los que afearon la Avenida con sus catenarias en tiempos de Monteseirín. Hay algunos políticos y expertos que siguen empeñados en colar el gato del tranvía por la liebre del Metro, como si fuera lo mismo, cuando no lo es. Recurren al argumento de que sale más barato (y aún más barato sería no hacer nada). Pero es que, además, un tranvía de hoy en día no tiene nada de progresista, porque roba las calles a los peatones, que son los reyes de la ciudad.