EN la polémica por los cambios de nombres de las calles, la opinión de los vecinos es importante. Son los afectados. Pues si te cambian el nombre de la calle,…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
AL ministro de Transportes, Óscar Puente, lo tienen ya en el punto de mira la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla. Es un ministro peculiar, con una parte buena y otra mala. La buena es que suele decir lo que piensa y miente menos que otros compañeros de…
ETA fue fundada en 1959, cometió crímenes durante el franquismo, los siguió perpetrando en la democracia, anunció el cese de su actividad armada en 2011, pero no se disolvió oficialmente hasta 2018. ETA duró casi 60 años; es decir, 20 años más que el franquismo, y de ellos más de…
POR fin le ha tocado. El nombramiento de Julio Cuesta como pregonero de la Semana Santa de Sevilla le ha llegado con una década de retraso. Pero más vale en 2020 que nunca. Su nombre sonó en otras ocasiones. Hubo un año en que los diarios lo daban como seguro el mismo día de la elección por la mañana. Era un candidato canónico, en el sentido de que cumplía todos los requisitos que se consideran positivos para un pregonero. Pero hubo un tiempo en que al Consejo le dio por ser original, y por quemar los nombres de personas respetables sin ton ni son. En las primeras declaraciones de Julio, con mucha sinceridad, reconoció que se ha llevado una sorpresa y que incluso lo dudó. Dudas que se entienden, pero que afortunadamente descartó. Se merecía ser pregonero desde que terminó su labor en el Consejo.
HOY, 7 de octubre, festividad de la Virgen del Rosario, Patrona de Cádiz y de su equipo de fútbol, ya tienen 25 puntos, la mitad de los que necesitan para salvarse. En los últimos ocho días de oro, han vivido una semana fantástica. Le han ganado al Almería, al Huesca y al Zaragoza, tres rivales directos para los puestos altos de la clasificación. El Cádiz está protagonizando la mejor temporada desde que volvió a Segunda División con Álvaro Cervera. ¿Sinergy, dicen? La afición está loca por el balón, viendo que el Cádiz busca el ascenso a Primera. Sin jogo bonito, previsible, dicen, pero con entrega y honradez, que es la madre del éxito.
FRENTE al populismo está el otro populismo. Funciona por todas partes, incluso por la del Gobierno de Pedro Sánchez, que llama al embajador de EEUU por un conflicto comercial. Están convenciendo a la gente de que van a arruinar a las empresas andaluzas de aceite, vino y otros productos por culpa de Donald Trump. El presidente de los EEUU es impresentable en ciertos ambientes, y un político tosco, además de gustarle mucho un arancel. Pero, en este caso, la culpa no es de Donald Trump. La culpa es de la Organización Mundial de Comercio, que ha decidido a favor de EEUU, en un largo contencioso que mantenía con la Unión Europea, desde principios del siglo XXI. Según la OMC, en EEUU pueden gravar a productos europeos por valor de 6.900 millones de euros anuales, para compensar las pérdidas que sufrieron en el sector aeronáutico por las ayudas europeas a Airbus.
LAS majorettes que se están preparando para salir en la cabalgata de los Reyes Magos de Cádiz de 2020 no son como las de Montpellier. Aquellas jóvenes francesas provocaron admiración, envidia o indignación en el Cádiz tardofranquista. Las majorettes de Montpellier ya vinieron en el mayo del 68, precisamente, cuando en Cádiz había Fiestas Típicas. Eran como un anticipo liberaloide, cuando ya se hablaba de apertura. Era una concesión del régimen arcaico, que pasaba del cinturón de castidad, cerrado con las siete llaves del cruzado, a permitir la minifalda escueta que desafiaba a las ráfagas del viento de levante. Era el pecado, pero venial y perdonable. Los pecados más mortales todavía estaban por llegar.
EL opinador bipolar que sacó a paseo el delegado municipal del Hábitat Urbano, el Turismo y la Cultura, Antonio Muñoz, estará de enhorabuena. Es sabido que este personaje, al que no deberíamos olvidar, apuesta por el turismo de lujo en Sevilla, es alérgico al mochileo y el chanclismo en su ciudad, aunque cuando sale de excursión se aloja en pisos turísticos de los más baratos posibles y se come los bocadillos en las puertas de las iglesias, mientras lamenta que su Sevilla del alma se ha llenado de veladores. El opinador bipolar, al que bautizaré como Antoñito Habitaciones, por ponerle un nombre castizo, se podría camuflar en el buscador de Booking, haciéndose pasar por un francés, un japonés, o un yanqui sin arancel, y reservar habitación para hoy en un hotel de Sevilla.