JUANMA Moreno Bonilla ha sido investido presidente de la Junta de Andalucía con una mayoría muy absoluta. En las votaciones del Parlamento, contó con los 58 votos del PP, la abstención de Vox y los 37 votos en contra del PSOE, Por Andalucía y Adelante. Significa que lo consiguió con 21 escaños de ventaja. La abstención de Vox era lógica, y no a cambio de la vicepresidencia tercera de la mesa, sino porque no se iban a sumar a la izquierda, ni les interesaba después del resultado en las urnas. También es lógico que los socialistas, los comunistas y los anticapitalistas votaran en contra, pues para eso los han puesto en la oposición.

MUCHOS parlamentarios andaluces lo repetían como loritos: “Esta es la fiesta de la democracia”. La apertura de la XII Legislatura del Parlamento de Andalucía resultó muy bonita y festiva. Los parlamentarios aparecían contentísimos. No era para menos, pues han encontrado un trabajo para cuatro años. Allí acudieron sus familiares para celebrarlo. Era un día de cortesías y abrazos, de muchas fotos con sonrisas. No era como en el Congreso de los Diputados, donde a la misma hora se despellejaban en el debate del estado de la nación. Andalucía es diferente, ya se ha visto el 19-J.

UNO de los errores más graves que cometió Vox en la campaña andaluza fue que se la diseñaron en Madrid y se les notó demasiado. No se puede venir a Andalucía en plan chulapona de Lavapiés. No se puede enviar a Macarena Olona como una emigrante en AVE, para que aterrice en Salobreña, mientras critica a los emigrantes que llegan en patera a las costas de al lado. Y, sobre todo, que lo peor en Andalucía son las chulerías. Eso se sabe desde el 28-F, que era eso: la reivindicación de quienes no quieren que los tomen por tontos. El andalucismo siempre ha defendido que lo nuestro se decida aquí, y que no nos den coba los catalanes, ni los vascos, ni los madrileños. Sin que eso impida al andaluz sentirse español.

GRACIAS a los andaluces, el Gobierno de Pedro Sánchez y Unidas Podemos rebajó el IVA de la luz al 5%, prolongó la bonificación de los 20 centimitos de la gasolina, y anunció otras medidas sociales, creando una Bolsa de Caridad para ayudar a los que tienen menos ingresos. Todo eso se aprobó seis días después de perder las elecciones en Andalucía. Con razón dijo Juanma Moreno: “Gracias, gracias, gracias”. El voto, como el cariño verdadero, ni se compra ni se vende. Pero origina consecuencias. ¿Qué hubiera pasado si Juan Espadas hubiera ganado la presidencia de la Junta? Estarían encantados de conocerse. Más fotos de Pedro con Biden, sonriendo después del 10% de IPC en junio. Así lo mejor es lo que pasó: estar en el lado bueno de la historia, que es cuando se rascan el bolsillo.

AL valorar el éxito de Juanma Moreno hay un matiz que a veces se olvida: su origen malagueño. Cuando se habla de moderación, centralidad, transversalidad para conseguir votos desde el centro derecha al centro izquierda, quizás no se valora que eso es lo que practica el PP en Málaga desde su refundación. Y que le ha ido muy bien. No sólo al PP, sino también a Málaga, que se ha convertido en un referente para la cultura y el progreso en Andalucía. Y no se preocupen, que en Málaga, además del Parque Tecnológico, también tienen una gran Semana Santa, con su identidad propia, y una Feria, incluso en el centro. Una vez más vemos que las tradiciones no son incompatibles con el progreso.