HAN pasado algo más de nueve años desde que Juan José Asenjo Pelegrina tomaba posesión, el 17 de enero de 2009, como arzobispo coadjutor de Sevilla con derecho a sucesión. Un cargo rarito, difícil de sobrellevar, que sólo se ha nombrado en España cuatro veces en el último siglo, dos de ellas en Sevilla. En noviembre de ese año, tras aceptar el Papa Benedicto XVI la renuncia del cardenal Carlos Amigo Vallejo, le sucedió en el cargo. Hoy la Archidiócesis de Sevilla es una de las mejor gestionadas de España, quizá la que más. Eso se deduce de los datos: es un dique contra el ateísmo y la secularización. Antes, en España, la reserva espiritual estaba en el Norte. Ahora se encuentra en Andalucía; y en Sevilla principalmente.

SE diría que han tirado este año la Casa Grande por la ventana, en los nombramientos de hijos predilectos, adoptivo y medallas de la ciudad. Los premios del día de San Fernando van a ser una fiesta. Juan Espadas ha apostado por valores seguros, que otras veces han sido los más inseguros a la hora de los premios. Algunos buscan la originalidad, pero este año han preferido la evidencia. Y así, para los predilectos, han nombrado a Julio Cuesta y Pilar Manchón, dos directivos de diferentes características, pero con méritos reconocibles. Y para el adoptivo han elegido al actor Juan Diego. Han tenido un recuerdo póstumo para José Enrique Ayarra y Pedro Luis Serrera, merecido, pero llega fuera de temporada.

EN Sevilla gusta mucho una conmemoración, que algunos consideran como un atractivo para que vengan más turistas todavía. El Año Murillo está funcionando razonablemente bien, pero todo se acaba en la vida. Es cierto que está previsto conmemorar el V Centenario de la Vuelta al Mundo, que empezó en Sevilla, al mando de Fernando de Magallanes, el 10 de agosto de 1519 y terminó en Sanlúcar de Barrameda el 6 de septiembre de 1522 cuando llegó la nao Victoria capitaneada por Juan Sebastián de Elcano. Siendo una conmemoración importante e interesante, que se está gestando, hay otra que no podemos olvidar: el gran año de Juan de Mesa.

POR supuesto que Sevilla siempre ha sido más partidaria de Velázquez y de Murillo que de El Greco. Sin embargo, a la hora de buscar votos, por encima de todo, como dice el PP (y también Ciudadanos), el alcalde Juan Espadas confía mucho en el éxito de las obras de El Greco. Incluso más que en el Año de Murillo. Atención a estas obras, que comenzaron esta semana, y que el propio alcalde ha calificado como “una de las más emblemáticas de mi mandato”. La oposición cree que más bien debió decir “una de las pocas de mi mandato”. Sin embargo, es lo que hay. Tienen una duración estimada en 10 meses, lo que significa que serán inauguradas precisamente en marzo de 2019, en plena Cuaresma, dos meses antes de las elecciones municipales.

PARECÍA como una tormenta de primavera en un vaso de agua. Las fechas de la Feria del año 2019 ya estaban dando que hablar demasiado. En el Ayuntamiento no han optado por otra consulta participativa telemática, ya está bien, sino por solucionarlo al modo jerárquico: esto es lo que hay. La Feria empieza y termina en mayo, del 4 al 11, con sus dos semanas pascuales por medio. Si no empieza en abril, la culpa no la tienen Juan Espadas ni Juan Carlos Cabrera, sino el calendario litúrgico, que llega tardío, con un Miércoles de Ceniza el 6 de marzo, con un Domingo de Ramos el 14 de abril. Pero, tras el trabajito que les ha costado implantar la Feria larga y el miércoles festivo, y con el éxito autoproclamado y con el récord del Metro, no la van a aligerar así por las buenas.