ANTES se decía “Fulanito vive a cuerpo de rey”, y no era por don Juan Carlos I, que acaba de publicar sus memorias. Sin embargo, ahora (cuando no invitan al…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
ABEL Moreno Gómez es un triunfador. Y eso despierta la admiración en la gente sencilla, y es lo que se quedará para la posteridad. Pero también origina envidia, entre los que intentar regatear méritos. Abel Moreno es una figura de la música popular sevillana, andaluza y española, pero no siempre…
LES quedará el consuelo de que peor que ahora no van a estar, cuando se vote. El congreso del PP andaluz les ha llegado en su momento más difícil de la legislatura. Juanma Moreno se equivocó, al pecar de un exceso de confianza con la sanidad andaluza. En décadas pasadas,…

ESTE país, quizás el más progresista del mundo (con permiso de Venezuela), es la locomotora económica de Occidente. Tiene la mayor subida del PIB; batimos el récord de empleo y de parados a la vez, y es el único de la OTAN que no puede llegar al 5% en gastos de defensa, debido a su labor social para que sólo el 26,5% de los ciudadanos sean pobres. Donald Trump un día le felicita y le da la mano, y al siguiente le regaña y le da un pescozón político. Esa habilidad para ser y no ser, al mismo tiempo, confirma que la fortuna nos agració para situar al Sócrates de la Moncloa al frente de los destinos imperiales del país.
LA intención de crear un partido provincial en Cádiz para las elecciones autonómicas ha sido acogida con escepticismo. Es normal, porque ese partido está impulsado por el alcalde de La Línea, Juan Franco, y su camarlengo político, Javier Vidal, vicepresidente de la Diputación, tras el acuerdo de gobierno con el PP. A partir de una fórmula exitosa en La Línea (donde disfrutan de una mayoría absolutista casi total, ganada en las urnas) quieren extender el fenómeno al resto de la provincia. Para lo que cuentan con otros alcaldes de poblaciones como Los Barrios, Chipiona y Benaocaz, que ahora son independientes. Del proyecto se dijo que se denominaría Cádiz 100x100, pero como sonaba a demasiado gaditano, se han bautizado como 100x100 Unidos.
CON motivo de la Misión de la Esperanza de Triana en el Polígono Sur, se ha recordado a los vecinos que salieron de sus barrios hacia los polígonos construidos durante los años del franquismo. Concretamente, que llegaron muchos trianeros, entre ellos los gitanos de las cavas, al Polígono Sur, con las Tres Mil Viviendas, Las Letanías, La Oliva y todo ese entorno. Tampoco es que se trasladara toda Triana al Polígono Sur, de clavo a clavo. Ni allí se fueron a vivir solamente trianeros, ni sólo gitanos. El origen social de los polígonos debería ser estudiado con rigor y objetividad.
AUNQUE los cadistas más rancios creen que el Cádiz CF es el equipo de la ciudad llamada Cádiz, la realidad es diferente. Es el equipo de la capital, sí, pero también de los municipios del entorno de la Bahía. Esto se puede comprobar fácilmente después de un partido. Por ejemplo, el pasado lunes por la noche. A la hora de terminar el Cádiz-Burgos, pasadas las 22:30 horas, un lunes de octubre apenas hay tráfico. Sin embargo, esa noche había circulación intensa en las salidas de Cádiz por los dos puentes y por la carretera de Cortadura. Es decir, que cientos de personas, tras presenciar el partido, se trasladaban a sus domicilios, mayormente de San Fernando, Chiclana, Puerto Real, El Puerto de Santa María, Rota e incluso Jerez, aunque también de otros como Medina Sidonia, Conil o Vejer.
TODA la esperanza cabe en una lágrima, cuando brota en el corazón. O cuando se refleja en la mirada de una Virgen, que muestra en sus mejillas las perlas de un dolor que es verdadero. Entonces se comprende que la Madre de Dios nos mira. Y no está en cuerpo y alma, pero no es sólo una imagen de madera policromada, tampoco es idolatría, sino un mensaje que nos llena de vida, que nos conmueve, que nos salva. Eso vimos el sábado pasado, cuando la Esperanza de Triana acabó su misión y volvió a su templo de la calle Pureza. Su misión, que era repartir esperanzas a la Sevilla más necesitada, a corazón partío, y dejar (entre las dudas y las dificultades) una luz radiante, para saber que nada es inútil a su vera.