LA provincia de Cádiz es una potencia gastronómica. Esto lo dijo Ferrán Adriá, cuando vino para el Innovazul de la Zona Franca. Y lo ha certificado la Guía Michelín. En…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
HA sido estupendo que los Reyes de España entregaran ayer una de las Medallas de las Bellas Artes al Gremio de Arte Sacro. La recibió su presidente, Francisco Carrera Paquili.Y, además del reconocimiento que supone para el Arte Sacro, lo es también para el esfuerzo de Paquili, que es un…
VOLVEMOS a nuestra Antología del Relato, según don Pedro, que ha sido paseado bajo palio en su congreso. Otro relato que gusta mucho, y que se difunde a tontas y a locas, es que el PP hace el ridículo en Europa, mientras que el PSOE está a la altura de…
UNA catástrofe como la de Valencia era inimaginable en este país. Por eso, después de las inundaciones, no nos podemos quedar sólo con la baja política. Ni tampoco sólo en la resignación de una lluvia de millones que contribuya a la reconstrucción de todo lo destruido. Por supuesto que hay que tomar decisiones e invertir para paliar cuanto antes mejor las pérdidas. Sin embargo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón tienen una alta responsabilidad, incluso personal, porque no estuvieron a la altura de las circunstancias. Esta catástrofe les obliga a adoptar medidas de fondo y a que las autoridades actúen para que en el futuro no ocurra algo de similar gravedad. Ha llegado el momento de analizar, diagnosticar y corregir el paisaje alterado.
LA catástrofe de la Comunidad Valenciana ha sido gestionada en los primeros días como si estuviéramos en el Tercer Mundo. Las administraciones están pidiendo unidad, y por supuesto es el momento de buscar soluciones y ayudar. Sin embargo, no se puede ocultar que han fallado estrepitosamente. Si se mira hacia otro lado, la próxima vez ocurrirá lo mismo, o parecido. Hay que corregir muchos errores graves. Esta catástrofe, con tantas víctimas, ha sido más propia de Eritrea o Somalia que de un país europeo. Para que suceda una desgracia de tal magnitud, en la provincia de Valencia, deben encadenarse varios errores graves que han aumentado el número de víctimas.
LAS fuertes lluvias de estos días, que tan graves daños y tantas víctimas han causado, han acabado con las fiestas de Halloween; y llegamos al día de Todos los Santos con luto y tristezas. Primero es lo primero, y no está la gente para cachondeitos. En este 1 de noviembre, nos acordamos del maremoto de 1755 y de la Virgen de la Palma. Y nos parece que lo ocurrido en Valencia es como un maremoto devastador. El Gobierno ha decretado tres días de luto oficial. En San Fernando y Puerto Real, que han sufrido inundaciones, han suspendido sus fiestas de Halloween. Y se puede preguntar: ¿por qué los ayuntamientos de San Fernando y Puerto Real gastan dinero público en Halloween?
OCTUBRE se despide con unas lluvias intensas que recuerdan las inundaciones de otros tiempos. La tragedia ha afectado especialmente a la Comunidad Valenciana, pero también ha causado graves daños en Andalucía y otras regiones, como Castilla La Mancha y Murcia. El número de muertos va en aumento, se remonta a los niveles de las grandes catástrofes. De vez en cuando, puede llegar una inundación de alto riesgo. En Sevilla, estas lluvias recuerdan las riadas del siglo pasado, la Operación Clavel de 1961, los desbordamientos del Tamarguillo, la rotura del muro de defensa, las barcas en la plaza de San Lorenzo y la Alameda… Una Sevilla de riadas que se identifica con los tiempos de Franco. Aunque forman parte de su historia.
LA gente malange está diciendo: hay que ver lo que han formado porque en 2025 no sale la comparsa de Antonio Martínez Ares. ¿Es para tanta pena? Respuesta: Sí. Suena a fin de ciclo, suena al fin de una época; o, por mejor decir, es que no suena a nada. Recuerden que ya se habían retirado Antonio Martín y Joaquín Quiñones. Desde el siglo pasado y principios del presente, lo natural del Carnaval de Cádiz era que salieran las comparsas de Antonio Martín, Antonio Martínez Ares y Joaquín Quiñones. Es verdad que Martín y Martínez Ares dejaron años de ausencias, que eso también tiene su gracia y le aporta categoría al concurso. Cuando volvían, era como el regreso del hijo pródigo y se hacía una fiesta en su honor.