HA visitado la ciudad de Cádiz la afamada artista doña Jennifer López, de familia puertorriqueña, aunque nacida en el Bronx de Nueva York, que participó en un colorido espectáculo en…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
SEVILLA Este también existe, y no es lo mismo este que el otro. El otro pudiera ser Montequinto, que es otro lugar a donde se fue a vivir mucha gente. Los más rancios replican que Montequinto no es de Sevilla, sino de Dos Hermanas, aunque en la frontera. Pero entre…
AL organizar su XXI Congreso Nacional, el PP se presenta como alternativa de Gobierno. Se supone que Pedro Sánchez, en el plazo de un año (o menos), no tendrá más opción que dimitir o convocar elecciones. Para gobernar en España, el PP necesita reforzar el liderazgo de Alberto Núñez Feijóo.…
EN el nombre del puente Carranza se vuelve a observar que en Cádiz existe una gran preocupación por estos asuntos. El telón de fondo es la incoherencia, la falta de criterios y de ideas claras. Y tomar cuestiones discutibles como dogmas de fe. Por ejemplo, si el puente viejo se llama José León de Carranza, porque ese alcalde fue su impulsor, el puente nuevo se debería dedicar a Teófila Martínez, que fue su impulsora. Y también se debe tener en cuenta que el puente viejo (como el nuevo) enlaza Cádiz con Puerto Real, por lo que el Ayuntamiento gaditano, que no es el propietario actual del puente, no tiene vela en ese entierro de los nombres. Debe ser Óscar Puente quien le ponga el nombre al puente, ya que depende del Ministerio de Transportes, el mismo donde ejerció José Luis Ábalos cuando aquellas mascarillas.
AL sanchismo que gobierna en España le gustan los espectáculos, aunque no los taurinos. Parece que los considera una afición propia de la ultraderecha. Al ser de la ultraderecha, no tiene derecho a la existencia. No vamos a entrar ahora en disquisiciones sobre la afición taurina de la izquierda, ni citar a José Bergamín, ni mucho menos poemas de Federico García Lorca, o incluso recordar a Rafael Alberti como novillero. Hoy en día, en contra de lo que el sanchismo supone, en España sigue existiendo afición a los toros. No sólo en Sevilla y el sur de Andalucía. En Madrid y en otras ciudades también, como lo demuestran los llenos en la plaza de toros de Las Ventas.
PARA Cádiz, su equipo de fútbol es más que un club. Es una de las tres C que conforman el arquetipo festivo de la ciudad. Con sus tópicos y sus curiosidades. Terminó una temporada en la que el Cádiz CF se ha reencontrado con la Segunda División. Aunque una parte de la afición tiene delirios de grandeza, la Segunda ha sido históricamente el lugar natural de Cádiz, que en el elenco de ciudades españolas no está entre las 20 más pobladas. Es cierto que la Bahía, junto con Jerez (donde no todos son cadistas, se supone), suma unos 700.000 habitantes. Y que esa es la cifra de Sevilla, según su padrón, que cuenta con dos equipos en Primera, uno de ellos finalista de la Conference League. Aunque Zaragoza tiene los mismos habitantes que Sevilla y ha estado a punto de ver a su club en Segunda B.
JUNIO se estrenaba con una mañana evocadora del agosto más férreo. Una mañana calurosa, que se desperezaba lenta, entre calles solitarias, con el presentimiento de que la ciudad estableció una sucursal en las playas de Matalascañas o Chipiona. Y, sin embargo, era una mañana eucarística, en la que cuatro procesiones, organizadas para el cumplimiento de enfermos e impedidos, recorrerían los barrios sevillanos: en San Lorenzo, en la Macarena de San Gil, en la Triana de la O, en el Porvenir. Puede que muchos piensen que es un anacronismo casi tridentino llevar la comunión a los enfermos. en estos tiempos, bajo palio de respeto y con banda de música. Pero es una costumbre que sigue viva.
UN ideólogo al que los marxistas de hoy en día han leído poco, Karl Marx, escribió que el trabajo es una actividad específica del individuo donde puede expresar su humanidad. En ningún momento escribió Marx que el trabajo es el opio del pueblo. Para Marx y los suyos el trabajo no era malo, sino bueno, y el problema a su juicio surge por las condiciones laborales del sistema capitalista y la alienación del asalariado. Para los partidos de izquierda marxista la solución de este dilema no pasaría por trabajar menos, sino por trabajar mejor, y de un modo más humano, para que las condiciones productivas sean positivas, contribuyendo así al bien social y el progreso.