HEMOS leído en la prensa (o sea, en el Diario) que este verano no van a funcionar los lavapiés ni las duchas en las playas de Cádiz, según ha confirmado…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
SE suele recordar que la Feria de Sevilla fue ideada por un catalán, Narciso Bonaplata, y un vasco, José María Ybarra. Por supuesto, no eran un catalán y un vasco independentistas, ni la Feria ganadera de 1847, con sus 19 casetas en el Prado, era como la de 2024. Sin…
FALTAN siete días para las elecciones en el País Vasco. Los de EH Bildu sueñan con ganar. Sería su primera vez. ¿Pasearán en gabarra? El mejor padrino para botarla sería Pedro Sánchez, que tanto les ha ayudado, hasta el punto de que ya pocos se acuerdan de que son los…
CON Brexit duro o con Brexit blando, España debe rectificar su visión de Gibraltar. Hasta ahora tenemos el síndrome de Gibraltar. Consiste en que los españoles nos preocupamos por ellos como si fuéramos sus monos. De modo que ahora, con el Brexit que pretende endurecer Borís Johnson, si se lo permiten, la principal preocupación es conseguir que no haya problemas con Gibraltar. Es decir, incumplir las normas internacionales que fijará Europa para las fronteras con el Reino Unido, a fin de no molestar a los gibraltareños, que dan más de 13.000 empleos a vecinos de La Línea, según algunas versiones. Dicen que nada debería cambiar.
FUE un partido de locos. Y no por culpa del VAR, que determinó tres jugadas decisivas, sino por la nefasta interpretación del árbitro Iglesias Villanueva y los que le insistieron para que anulara el 0-2 del Cádiz. Un gol que nadie había protestado, marcado por Álex, en el que Choco Lozano no influyó para nada, ni le hizo falta al hijo de Zidane. Un gol que era el 0-2 y dejaba el partido prácticamente visto para sentencia, pues faltaba poco más de media hora y el Racing apenas creaba peligro. Al anular ese gol (cuando previamente lo había concedido y se revisó durante tres minutos, hasta dar una excusa absurda) se entró en otro partido. Los dos penaltis pitados también fueron analizados en el VAR y decidieron el resultado.
ALGUNOS pensaréis que es una pesadez otro artículo sobre el carril bici de Cádiz. ¿Tan importante es? Pues sí. En una ciudad tan chiquitita, con un espacio tan limitado, es la principal obra de transformación urbana realizada en el último quinquenio. No sé si por motivos políticos, sociales o ecológicos, el gobierno municipal de Kichi y Martín Vila (que ha sido la cara visible del carril), ha puesto un interés que no se nota en otros asuntos a priori más acuciantes. Es decir, se lo han tomado como una prioridad, incluso como una urgencia. Se lo recomiendan a la juventud estudiantil. Y han cometido errores por no tener el proyecto bien resuelto.
NUESTRO alcalde, Juan Espadas, es un gran defensor de los tranvías. Incluso lo quiere ampliar hasta Santa Justa, a pesar de que no haría falta si ejecutan las tres líneas del Metro. Y considerando que desde la estación de San Bernardo a la de Santa Justa se puede ir en tren de Cercanías, sin contar los autobuses. Un tranvía que pare en el Nervión Plaza también es redundante, porque cercana está una de las pocas estaciones de Metro actualmente existentes en la línea única. El recorrido de ese tranvía atravesaría una de las zonas mejor comunicadas (o menos mal comunicadas) de Sevilla. Mientras hay otras que dan pena.
GRACIAS a los políticos demagogos y populistas, en Cádiz algunos creen que todo sale gratis. Después se les vuelve en contra. Es curiosa la polémica de los estudiantes de la Universidad de Cádiz con los aparcamientos. Después de llenar la ciudad de carriles para bicicletas y patinetes, ahora resulta que los estudiantes piden 900 plazas de aparcamientos, porque van a las clases en sus coches, como unos señores y unas señoras que aspiran a ser. Y les propone Martín Vila que vayan en bicicleta. Así es como iban los pobres en los años de la posguerra, para los que tenéis memoria histórica. ¿El Progreso era eso? Los estudiantes de la UCA son los nietos de la civilización del Seat 600, y quieren aparcar en las inmediaciones del Anillo Universitario, donde ya no pueden.