EN las últimas semanas se ha hablado mucho de Franco, que hace ya más de 50 años que murió. En los tiempos de Franco, los franquistas gaditanos solían decir (en…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
LA inteligencia artificial en la piedad popular podría ser un argumento para organizar en Sevilla otro congreso de hermandades y una procesión extraordinaria a la altura de las circunstancias. La Iglesia católica está preocupada y atenta con este asunto. El papa León XIV se ha referido en varias ocasiones y…
LA Constitución ya ha cumplido 47 años. La Constitución, hasta fechas recientes, era joven, no sólo lo parecía, pero ya ha llegado a una edad en la que debe cuidarse para prevenir antes que curar. Es decir, una edad en la que es adulta y madura, en la que aporta…

TODOS los años, cuando llegan los fríos de enero, aparecen los coloquiales comentarios sobre la nostalgia de la nieve en Sevilla. La última nevada propiamente dicha ocurrió el 2 de febrero de 1954. Hay que tener más de 70 años cumplidos y muy buena memoria para recordar aquello. Por consiguiente, se habla de oídas a los padres y abuelos, o de haber visto las fotos de Serrano. En Sevilla existe una mitología del frío. Se atribuyen frases a algunos famosos, diciendo que en ningún lugar del mundo han pasado tanto frío como en Sevilla. Es una exageración. Eso lo dicen algunos que no ha ido nunca a Groenlandia. Ni siquiera a Nueva York en enero. O a Sierra Nevada, que está más cerca. En Borreguiles a siete grados bajo cero hace más frío que en Sevilla.
AL presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se le ha ocurrido celebrar en 2025 los 50 años de la muerte de Franco con el lema España en libertad. Es decir, que sido tan papista como el Papa y ha declarado un año jubilar (o algo así) y le ha puesto un lema, y está buscando peregrinos para los actos que ha organizado. Este hombre (Sánchez, no Franco) cuando le vienen mal dadas las encuestas, no convoca una manifestación en la plaza de Oriente con un millón de leales, como hacía el dictador, sino que organiza alguna celebración para salir en procesión magna con los fantasmas. Por cierto, aún no se ha cumplido el medio siglo, ya que falleció el 20 de noviembre de 1975.
SALIÓ una princesa, entre una niebla que se paseaba, con Cádiz al fondo. Las lágrimas de los padres de todos los años, pero también el Rey y la Reina despidiendo con orgullo a su hija Leonor, que heredará la Corona de España. Princesa que se les va a Ultramar por esos mares de menta amarga. Ya escribió Rafael Alberti que la mar más verde es la de enero. Y Cádiz vuelve a ser lo que fue cuando el buque escuela Juan Sebastián de Elcano zarpa del puerto con los guardiamarinas. Es la última reminiscencia del Cádiz de Ultramar y de un puerto que fue el principal de las Españas, la entrada y salida del Reino para los que viajaban a América.
AQUEL 22 de julio de 2007, el obispo de Cádiz y Ceuta, Antonio Ceballos Atienza, coronó a la Virgen del Carmen. Quienes aquel día estábamos en la Catedral de Cádiz sabíamos que la Virgen del Carmen se había coronado gracias a Manuel Cotorruelo Solano, entonces hermano mayor de la Archicofradía, que había conseguido que se cumpliera un sueño y se rompiera un agravio. Porque durante muchos años esa petición había permanecido sin respuesta. Hoy, cuando Manolo ha fallecido, es de justicia recordar que gracias a él se consiguió que la Virgen del Carmen se uniera en 2007 a la Virgen del Rosario y la Virgen de la Palma en la trilogía mariana que Cádiz coronó por todo lo alto.
LA despedida de Juan Espadas como secretario general del PSOE de Andalucía ha sido triste. También es injusta. No por los resultados, pues hasta él mismo ha reconocido que el partido va cuesta abajo y no remonta. Pero la pregunta sería: ¿y dónde va bien el PSOE que no sea en Cataluña con Salvador Illa, o en Castilla La Mancha con Emiliano García Page? Con lo cual se podría deducir que los secretarios regionales son unos ineptos. O que el culpable está más arriba, probablemente. Pero el gran jefe Pedro no renuncia a nada, sino que sigue sacrificando a sus peones en una partida cuyo final se puede intuir.