EN las últimas semanas se ha hablado mucho de Franco, que hace ya más de 50 años que murió. En los tiempos de Franco, los franquistas gaditanos solían decir (en…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
LA inteligencia artificial en la piedad popular podría ser un argumento para organizar en Sevilla otro congreso de hermandades y una procesión extraordinaria a la altura de las circunstancias. La Iglesia católica está preocupada y atenta con este asunto. El papa León XIV se ha referido en varias ocasiones y…
LA Constitución ya ha cumplido 47 años. La Constitución, hasta fechas recientes, era joven, no sólo lo parecía, pero ya ha llegado a una edad en la que debe cuidarse para prevenir antes que curar. Es decir, una edad en la que es adulta y madura, en la que aporta…

EN Cádiz, se suele hablar de la decadencia sufrida por la ciudad. En realidad, se habla de la decadencia desde el siglo XIX, cuando se comparaba el Cádiz de entonces con el del siglo XVIII, que fue el tiempo del esplendor con el traslado de la Casa de Contratación en 1717. Sin irnos tan lejos, es evidente que la decadencia se ha debido a causas económicas. Pero ha redundado en una inexplicable falta de interés por el patrimonio gaditano, que es herencia de los tiempos del esplendor. Pocas ciudades españolas tienen los tesoros artísticos que aún quedan en Cádiz. El patrimonio gaditano es más valorado fuera que dentro de la ciudad.
AL II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular, organizado en Sevilla, no pudo venir el Papa Francisco. Acudió monseñor Edgar Peña como enviado suyo. También estuvieron presentes eminentes cardenales, reconocidos teólogos y expertos en el culto, la formación, la caridad, el patrimonio, el arte y todo lo relacionado con la piedad popular. En contra de lo que dicen algunos, que no han sido vistos en las sesiones celebradas, el Congreso deja importantes aportaciones para la reflexión, y no se ha quedado eclipsado por la procesión, ya que todo formaba parte de lo mismo. También hubo cultos muy solemnes, adoración eucarística, besamanos, exposiciones, conciertos, etcétera. Y un momento muy especial, que fue el día que vimos a una santa a nuestro lado. No era una santa de altar, sino una santa viva.
LOS premios y honores que se conceden en la ciudad de Cádiz están sujetos a comentarios. Entre ellos, los más habituales en las conversaciones de los entendidos suelen ser las dedicatorias de calles, y también los de hijos predilectos y adoptivos. Como el Ayuntamiento no los suele conceder de uno en uno, sino a varios de una tacada, las designaciones quedan más repartidas. Y así lo que a unas personas les parece mejor a otras no, y a la inversa. Siempre ha pasado y este año también. Todos los premiados tienen méritos, y otros que pudieran haberlo recibido también. Entre los premiados por el Ayuntamiento, yo me quiero referir a Ramón Velázquez.
AL llegar a la Catedral, el Señor se encontró con un amanecer de color celeste pálido. Un cielo que parecía la capa de la Purísima, en esa mañana del 8 de diciembre. Dentro de la Catedral, iba a ocurrir algo inimaginable en los mejores sueños. El Señor se detuvo ante el Cristo de San Agustín, que reproduce una de las devociones más antiguas de Sevilla. ¿Cuántos moribundos le rezarían a la antigua imagen en otros siglos? El Señor se quedó, poco después, ante la Virgen del Socorro, la Madre del Crucificado del Amor, que fue tallado por las mismas manos de Juan de Mesa. El Señor, cuando llegó a la altura del altar de plata, se volvió frente a la Virgen de los Reyes. Era una mañana fría. Ahí latía el recuerdo de una madrugada fría, en la Catedral a oscuras, cuando el monumento con el Santísimo brillaba en la Capilla Real, y el Gran Poder de Dios pasaba ante la Reina de los Reyes.
HOY es la fiesta de la Inmaculada, la patrona de España. El festivo laboral se ha trasladado a mañana en Andalucía, para que no lo pierdan las trabajadoras y los trabajadores. Tampoco se debería perder la memoria de este día, que es una de las glorias religiosas de España y de Andalucía en particular. La defensa que hizo el pueblo de la Inmaculada Concepción de la Virgen fue ejemplar, hasta que el Papa Pío IX proclamó el dogma en 1854. En Roma, el monumento de la Inmaculada está en la plaza de España. Y por eso cuando el Gobierno de Felipe González estuvo a punto de cargarse el festivo del 8 de diciembre, hubo otro movimiento, comandado por las hermandades y cofradías, que lo evitó. Y eso es lo que se celebra hoy, cuando el invierno se asoma por la puerta del calendario, en un día que es blanco y celeste, como la Inmaculada de Murillo.