EN las últimas semanas se ha hablado mucho de Franco, que hace ya más de 50 años que murió. En los tiempos de Franco, los franquistas gaditanos solían decir (en…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
LA inteligencia artificial en la piedad popular podría ser un argumento para organizar en Sevilla otro congreso de hermandades y una procesión extraordinaria a la altura de las circunstancias. La Iglesia católica está preocupada y atenta con este asunto. El papa León XIV se ha referido en varias ocasiones y…
LA Constitución ya ha cumplido 47 años. La Constitución, hasta fechas recientes, era joven, no sólo lo parecía, pero ya ha llegado a una edad en la que debe cuidarse para prevenir antes que curar. Es decir, una edad en la que es adulta y madura, en la que aporta…

EN la ciudad de Cádiz circulan muchos tópicos. Se suele decir que Cádiz es chiquitito y aquí se conoce todo el mundo. La familia Pettenghi es un buen ejemplo. En Cádiz, probablemente se pudiera decir que una persona de cierta edad que no haya conocido a José Pettenghi padre y a José Pettenghi hijo no es gaditano, o estaba muy despistado. Y eso nos remitiría a ese Cádiz vecinal y pueblerino donde casi todo el mundo se conoce. Pero también a ese Cádiz cosmopolita que los Pettenghi llevan en su apellido. Y asimismo al interés cultural de ambos Pettenghi, que eran dos hombres ilustrados, siendo tan distintos de ideas.
Ahora se denomina piedad popular a lo que en otros tiempos se llamó religiosidad popular y catolicismo popular. Es curiosa la evolución que este asunto ha tenido a partir del Concilio Vaticano II. Las hermandades y cofradías, con su afición por lo barroco, las liturgias solemnes y las tradiciones folklóricas, entraron una dinámica de latente confrontación con los sectores que presentaban aquel Concilio como una ruptura con el pasado. Se estableció una dialéctica errónea, que tendía a considerar progresista y de futuro la tendencia hacia lo sencillo o incluso lo vulgar. Mientras que se valoraba como tridentino, caduco y condenado a perderse ese boato, que algunos tachaban como contrario al espíritu evangélico. En resumen, las hermandades y cofradías fueron vistas como asociaciones ancladas en el pasado, con poca formación religiosa y con elementos espurios que se debían evitar, en aras de una religiosidad más perfecta.
DESPUÉS de anunciar desde antes del verano que la ocupación hotelera estaría a tope en Sevilla durante el puente de la Inmaculada, ahora resulta que hay plazas libres. Y eso nos puede llevar a conclusiones equivocadas. Para empezar no significa que vayan a acudir a Sevilla menos personas de las previstas, sino que probablemente habrá muchos visitantes de un día, que llegarán para la procesión desde la provincia de Sevilla y las demás de Andalucía, así como Extremadura y otros lugares de España. Y eso, unido a diversos factores, ha podido espantar a algunos turistas y han renunciado a venir.
ES loable el esfuerzo realizado por el Ayuntamiento de Cádiz para mejorar la iluminación navideña, así como la programación de las fiestas en general. Se suele suponer que lo hacen, básicamente, para potenciar la oferta comercial. No debe ser ese el único fin, ya que también se organiza para conmemorar unas fiestas de origen cristiano que celebra la inmensa mayoría de los gaditanos. No obstante, es cierto que contribuyen a animar las calles de la ciudad, tanto en el centro histórico como en los extramuros. Y que ayuda a crear un mejor ambiente para las compras. Aun así, el problema de Cádiz en estas fechas no es sólo de luces, tiene otras sombras.
LOS dulces de las monjas de los conventos de clausura vuelven al Alcázar un año más. Se cumple la edición número 40. Fue inaugurada ayer para que la venta se realice del 3 al 6 de diciembre. Así no coincidirá con la procesión del II Congreso Internacional de Hermandades y Cofradías, aunque sí con las sesiones, que se celebrarán a partir de hoy en la Catedral. La venta de los dulces de las monjas en el Alcázar es uno de los alicientes para los sevillanos y los turistas que vienen todos los años en el puente de la Inmaculada. Para las monjas representa una importante aportación económica. Sin embargo, los gastos en los conventos son cada vez mayores, y esas ventas no les dan para vivir todo el año.