LA ciudad de Cádiz es como es. No tiene terrenos para agricultura, y limita su industria a la ya existente, con el Puerto (que va a ampliar su terminal de…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
GRACIAS a que la Feria empezó y terminó en abril, el mes de mayo puede lucir este año su peculiar identidad. Mayo es el mes donde se cruzan los caminos del año. En mayo mueren los últimos fríos del invierno y aparecen los primeros calores tórridos del verano. Mayo es…
ADVERTI el pasado domingo que el lunes sería el día del teatro. Engañó a la ciudadanía, fingiendo una tragedia. El equívoco siguió hasta el último minuto, con la visita al Rey y la puesta en escena de la Moncloa. ¿Para qué? Para convertir la tragedia en farsa. La ciudadanía se…
SE acabó la racha. Cabe el recurso de decir que fue un viernes negro para el Cádiz. Es una lástima que no supieran interpretar el partido de ayer ante el Nástic de Tarragona, que los recibió como colista. Pero bastó un detalle de picardía de Uche para imponerse al Cádiz. Esta vez no se vio tanta intensidad tras el descanso, y fallaron los cambios. Para colmo, el gol llegó en un error garrafal de Aridane, que suele ser un muro atrás, pero que en esa jugada no despejó un balón en apariencia fácil.
EL caso del indigente muerto en Cádiz, cuando dormía en un portal de la avenida Ramón de Carranza, se presta a todo tipo de demagogias. También a tentaciones populistas, que en otros tiempos se hubieran practicado y que ahora nos podemos ahorrar. Pero incide en algo a lo que ya me he referido: que los indigentes duerman en las calles de Cádiz no es lo normal. En esa misma zona de Canalejas tienen montado el hotel de las Tortugas, que es una vergüenza para Cádiz. Y, por supuesto, no es un problema estético porque molesten, o resulte feo a la vista, o tire pellizquitos en las conciencias acomodadas, sino que es un problema ético: resulta intolerable y es justo que se solucione.
AHORA es muy fácil decir que Rita Barberá ha sido víctima de una cacería política, o pensar que seguiría viva sin la lapidación política a que fue sometida. Lo difícil es mantener la presunción de inocencia de las personas (sean del partido que sean) hasta que se pronuncien los tribunales y los condenen, o no. Y aún después, si son condenados, tener la misericordia (incluso ahora que se ha terminado el año) de reconocer que en la vida de las personas hay aciertos y errores, sin disculparlos, pero sin pisotear su memoria, incluso después de muertos, con actos despreciativos que retratan el odio y la inhumanidad de quienes los cometen.
SEGUNDAS partes nunca fueron buenas, dice el refrán, aunque en la segunda parte el Cádiz le marcó cuatro goles al Alcorcón. Sin embargo, las segundas vueltas electorales gustan mucho... en Francia. Se utilizan para todo, para elegir el presidente por supuesto, y para los alcaldes, incluso para los candidatos de los partidos. Allí no sólo votan los militantes en las primarias, sino que vota cualquiera que pague dos euros para la campaña del candidato ganador. En las del último domingo, para elegir el candidato de Los Republicanos (que allí son republicanos de derechas, como en EEUU), dicen que votaron unos 400.000 militantes de izquierda, entre los cuatro millones de derecha que participaron. Más que nada para fastidiar a Sarkozy, al que no querían ni locos. ¿Cuántos hay en Cádiz que pagarían dos euros para que no gobierne este o la otra?
EL acuerdo entre el Partido Nacionalista Vasco y el Partido Socialista de Euskadi (o sea, el PSOE) para gobernar en coalición no es ninguna novedad, pero incluye novedades. No es novedad porque ya se ha practicado, con bastante coherencia por cierto en los tiempos de José Antonio Ardanza y Ramón Jáuregui. Los tiempos en los que el PNV también pactó con Aznar para que gobernara el PP en España, no se olvide. Los tiempos previos al Pacto de Estella, a que Arzalluz se radicalizara, a que Ibarretxe jugara a ser más batasuno que nadie, sin entender que el PNV es más o menos lo que ahora representa Urkullu: el equilibrio para gobernar desde la ambigüedad, la derecha vasca carca que se modernizó para parecer centrista sin renunciar a lo euskaldun.