EN la polémica por los cambios de nombres de las calles, la opinión de los vecinos es importante. Son los afectados. Pues si te cambian el nombre de la calle,…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
SEVILLANOS y sevillanas, titulares de casetas y de carruajes, votantes todos: la Feria ha terminado. Aquí había más gente que en la plaza de Oriente. Aunque no todos habían llegado en autobuses, porque a ciertas horas parecía imposible. Ahora estamos en la semana después. Ahora estamos en la semana de…
ETA fue fundada en 1959, cometió crímenes durante el franquismo, los siguió perpetrando en la democracia, anunció el cese de su actividad armada en 2011, pero no se disolvió oficialmente hasta 2018. ETA duró casi 60 años; es decir, 20 años más que el franquismo, y de ellos más de…
CON esa simpleza que les caracteriza, Pedro Sánchez y sus ministros ya han calificado a los transportistas en huelga: son de ultraderecha. En este país, las ideologías políticas se dividen en dos: la izquierda y la ultraderecha. La izquierda son los progresistas buenos y la ultraderecha son los fachas malos. No se contempla que igual que existe la extrema derecha también la extrema izquierda, con la que ha pactado el PSOE y les ha cedido cinco carteras de ministros y ministras. Tampoco se contempla que existe el centro, el centro derecha y la derecha democrática. Porque también dicen que la derecha española no es como la europea, que al parecer es una derecha que les parece de izquierda. Pero estas paparruchas cada vez les sirven para menos, como se vio en Castilla y León. Y como se está viendo en las carreteras y supermercados de España con los nuevos indignados.
CON la invasión rusa de Ucrania y la guerra que allí ha montado Putin, parece que a la gente se le ha olvidado la pandemia del Covid 19. Existir aún existe, aunque preocupe menos. Ahora los sufridos contribuyentes, que pagan la luz, el gas y la gasolina a precio de desayuno con diamantes y tienen el supermercado medio desabastecido, están en otros asuntos. Son muchas las personas que han pasado la enfermedad con contagios leves. Eso ha creado una sensación de seguridad, y han subido algo los contagios. Pero sin inquietar. Según los últimos datos, la ola mejora: en los hospitales gaditanos se ha pasado de 93 pacientes por Covid el 3 de marzo a los 69 que había el pasado martes, día 15. Se supone que ahora están llegando los contagios del Carnaval.
LA relación de Sevilla con Dos Hermanas es pintoresca. Todavía hay sevillanos puros que la consideran como un pueblo, quizás grande, que está cerca de la capital. Sin embargo, durante el mandato como alcalde del socialista Francisco Toscano, que permaneció 39 años en el cargo, Dos Hermanas ha pasado de tener 50.000 habitantes a contar con 138.059 vecinos censados en 2021. Y ha crecido hasta el punto de que ya no hay fronteras entre los límites municipales de Sevilla y Dos Hermanas. Con lo cual, en la realidad real, suman más de 800.000 habitantes entre ambos municipios; mientras los alcaldes de Sevilla, con mentalidad egocéntrica, se esfuerzan por llegar a los 700.000 en la capital y por ofertar más suelo en el término propio, en vez de articular la realidad metropolitana.
DESDE que Kichi fue elegido alcalde por segunda vez, se habla de la posibilidad de presentar una candidatura independiente para las elecciones municipales en Cádiz. No me refiero a listas folklóricas, sino a una candidatura de personas con ideología moderada, desde el centro izquierda al centro derecha; en general, profesionales liberales, que se implicarían temporalmente en la política local con el objetivo de salvar a la ciudad del despropósito en que se encuentra. Se rumorearon nombres, que nunca se han confirmado. Y, aunque en determinados momentos pareció que había personas dispuestas, el tiempo corre. Faltan 14 meses para las elecciones municipales de 2023. Es difícil organizar un proyecto nuevo y fuerte.
Las restauraciones de imágenes cofradieras en Sevilla siempre suelen tener matices polémicos. A veces con razón. En otros tiempos cometieron verdaderas barbaridades. Y no me refiero sólo a la transformación o retoques de imágenes, sino a cuestiones técnicas, como la metalurgia implantada por cierto profesor, o tratamientos de limpieza agresivos en modo hombre blanco de Colón. Ahora se impone una teoría en boga según la cual los imagineros no deben restaurar (ni siquiera cuando están capacitados), porque tienen tendencia a que se las vaya la mano creativa; sino que lo deben hacer los restauradores puros, que no sean imagineros.