LA intención de crear un partido provincial en Cádiz para las elecciones autonómicas ha sido acogida con escepticismo. Es normal, porque ese partido está impulsado por el alcalde de La…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
CON motivo de la Misión de la Esperanza de Triana en el Polígono Sur, se ha recordado a los vecinos que salieron de sus barrios hacia los polígonos construidos durante los años del franquismo. Concretamente, que llegaron muchos trianeros, entre ellos los gitanos de las cavas, al Polígono Sur, con…
ESTE país, quizás el más progresista del mundo (con permiso de Venezuela), es la locomotora económica de Occidente. Tiene la mayor subida del PIB; batimos el récord de empleo y de parados a la vez, y es el único de la OTAN que no puede llegar al 5% en gastos…

A veces es oportuno recurrir al sabio refranero español. Hay uno que dice: “A falta de pan, buenas son tortas”. Es lo que ha pasado en Sevilla con las alternativas de la SE-40. A falta de túneles, que nunca construirán, lo menos malo será el puente guay sobre el río, que ya está en periodo de alegaciones. Parecía ideal construir el túnel (o los túneles, por mejor decir), pero seamos realistas: no habrá marcha atrás. En esas circunstancias, el puente es una opción menos mala que dejar la SE-40 interrupta. Y ahora lo que se debe exigir, desde la maltratada Sevilla, es urgencia en las obras.
IGUAL que no hay mocita sin amor, según decía el refranero machista, no hay alcalde o alcaldesa de Cádiz sin una Gran Regata. “Esta ha sido la más importante de la historia”, según dicen siempre. Después de la Sail GP de 2022, que es una regata diferente, como de fórmula uno del mar, nuestro alcalde Kichi ha declarado que Cádiz se ha puesto “a la altura de San Francisco o Sidney”, lo que da pruebas de la magnitud del evento. Cualquiera que haya viajado a San Francisco o Sidney apreciará algunas diferencias urbanas, regatas al margen. Ni qué decir tiene que el alcalde también destacó que los organizadores estaban satisfechos, porque una acogida como la de Cádiz no la reciben en ningún lugar.
ENTRE Cataluña y Andalucía ha existido una relación especial. Durante los años de la emigración en el franquismo, se decía que Cataluña era la novena provincia andaluza. En 1980, como se ha recordado, el PSA se presentó a las elecciones catalanas y obtuvo dos escaños. De ahí hemos pasado a la propuesta de Juanma Moreno para que los catalanes ricos vengan a Andalucía a invertir y se ahorren el impuesto del patrimonio. Esa oferta ha provocado críticas políticas en Cataluña, con acusaciones de populista al presidente Juanma. Dicen que fomentará el odio entre autonomías. Hasta ahora, el odio político de los catalanes se ha fijado en Madrid (y el odio de los madrileños se ha fijado en Cataluña), por lo que Andalucía irrumpe como una tercera en discordia.
VUELVE don Antonio Ceballos Atienza a Cádiz, en su último viaje, el definitivo, para ser enterrado en la Catedral. Vuelve con humildad y discreción, casi en silencio, como vivió. Era un hombre de Dios antes que obispo, que no buscaba pompas ni vanidades, que sólo utilizaba la vara del pastor para guiar, pero que se detenía a hablar con las ovejas, como si fuera una más del redil, porque el verdadero Pastor es otro. Algunos decían que no parecía un obispo, sino que era como un párroco, como lo había sido en Jaén, antes de llegar a Cádiz. Y eso se debe entender en positivo: siempre estaba cercano a sus feligreses, más preocupado por los demás que por sí mismo.
SE le debe reconocer a Juanma Moreno Bonilla que ha triunfado. Su propuesta de cepillarse el impuesto del patrimonio, para que los ricos vengan a Andalucía, ha sido muy comentada en Madrid y en Barcelona. Eso ya es genial. Pues en Madrid y en Barcelona los asuntos andaluces importan lo mismo que en Sri Lanka o Mozambique. Sólo son noticia cuando el PP gana con mayoría absoluta donde siempre gobernaba el PSOE, o cuando condenan a dos presidentes de la Junta en el caso de los ERE. Por eso, que hablen hasta los independentistas, aunque sea mal, es rarísimo.