SE nota que en Cádiz quedan ya menos lectores de José María Pemán. Este escritor gaditano calificó a la ciudad como “señorita del mar y novia del aire”. Debería estar…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
LA gente que no viaja no sabe lo que se pierde. Depende a donde se viaje, por supuesto. A los que nos gusta viajar en tren es innecesario que nos cuenten lo mal que está el servicio. Es que el servicio está cada vez peor. Los que tienen que servir…
LAS tempestades han afectado a las carreteras andaluzas, incluso se cortó al tráfico la autopista AP-4 entre Sevilla y Cádiz. Ha llovido mucho, pero influye que están peor que en los tiempos de Aznar y Chaves. Y no me refiero sólo a las vías secundarias (algunas de las cuales son…
A lo largo del siglo XXI, Cádiz ha perdido muchos eventos del verano. A pesar de que han transcurrido menos de dos décadas. En otros tiempos, se informaba de los objetos perdidos, que iban a parar a un depósito municipal. Sin embargo, eso ya no le interesa a nadie. Tampoco se habla de las fiestas perdidas del verano, que van cayendo con sencillez. ¿Y a quién le importan? La buena gente ni se acuerda, y eso que se han ahorrado.
Se perdió la Velada de los Ángeles, todavía en tiempos del PP, que era una fiesta de principios de agosto, tradicional y con historia. Aunque derivó en guadianesca: aparecía y desaparecía, según los años y las quejas vecinales. Hasta que murió en el intento y nunca más se supo, ni los nuevos dijeron nada de rescatarla, con lo gaditana que fue en tiempos de nuestros bisabuelos.
LOS gaditanos y las gaditanas tienen derecho a decidir, no como otros. Al menos, a decidir el cartel del Carnaval de 2018. El Ayuntamiento ha organizado un sistema de votación popular (que, en realidad, es votación populista) para que “todos los ciudadanos y ciudadanas empadronados en la ciudad” (frase textual) puedan elegir el cartel ganador. Los únicos requisitos son el DNI y tener correo electrónico. Quienes sean unos analfabetos informáticos, o no les apetezca dar su dirección de email, no se preocupen. Podrán votar, en modo presencial, en las urnas de la consulta soberanista que se situarán en el lugar de exposición de los carteles.
CUIDADO, que no es un caso de corrupción, ahora que les ponen nombres históricos, como el de Blas de Lezo, ¿qué culpa tendrá? El caso de Pongilioni lo he bautizado después de leer el libro Familias musicales gaditanas (ediciones Mayi), que ha publicado Manuel Ravina, director del Archivo de Indias, y uno de los gaditanos que mejor conoce nuestra historia. En ese libro, dedicado a las principales familias extranjeras que tuvieron negocios musicales en el Cádiz del esplendor verdadero, Ravina valora especialmente a cuatro personajes: Antonio Peichler, Manuel Rücker, Juan José Quirell y Arístides Pongilioni. Este último es un protagonista que merece particular atención.
SE suele decir que la Segunda División (ahora denominada Liga 1/2/3) es una categoría equilibrada, en la que todos los equipos salen con el objetivo de aspirar al ascenso. Quizás camuflan sus pretensiones con un toque de modestia, y afirman que la intención es llegar cuanto antes a los 50 puntos. Pero la realidad de las últimas temporadas es que con poco más de esos 50 puntos (el Huesca lo consiguió la pasada temporada con 63) se puede pelear por el ascenso. Gracias al sistema de las eliminatorias, que permite opciones a los seis primeros. Fue un acierto. Hasta el cambio de sistema, a partir de marzo, la mitad de los partidos estaban bajo sospecha de tongos.
EL sector pedrista del PSOE de Andalucía ha cometido un error, un inmenso error. Vale que van de kamikazes, a la desesperada, sabiendo que los esperan con los cuchillos políticos afilados al menor despiste. Pero oponerse a la propuesta de “una Andalucía fuerte y de primera en una España cohesionada y solidaria” es apostar por una Andalucía de segunda. Y es tirar a la basura el espíritu del 28-F andaluz, que todos los que entienden mínimamente la historia del PSOE saben que fue el inicio de sus años triunfales. Dicho de otro modo, si el PSOE no hubiera apostado por una Andalucía de primera en los años de la Transición, probablemente Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero no hubieran llegado a la Moncloa, y Pedro Sánchez sería el líder de un partido minoritario, que parece su objetivo.