HEMOS leído en la prensa (o sea, en el Diario) que este verano no van a funcionar los lavapiés ni las duchas en las playas de Cádiz, según ha confirmado…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
SE suele recordar que la Feria de Sevilla fue ideada por un catalán, Narciso Bonaplata, y un vasco, José María Ybarra. Por supuesto, no eran un catalán y un vasco independentistas, ni la Feria ganadera de 1847, con sus 19 casetas en el Prado, era como la de 2024. Sin…
FALTAN siete días para las elecciones en el País Vasco. Los de EH Bildu sueñan con ganar. Sería su primera vez. ¿Pasearán en gabarra? El mejor padrino para botarla sería Pedro Sánchez, que tanto les ha ayudado, hasta el punto de que ya pocos se acuerdan de que son los…
ENTRE los negocios que han salido tocados (y casi hundidos) en la crisis del coronavirus, está el transporte público urbano. Según los datos facilitados por el Ayuntamiento, Tussam ha perdido más de 14 millones de euros durante el periodo del confinamiento. Si bebes, no conduzcas; y si estás encerrado, no viajes. Los sevillanos no podían estar en misa (con las iglesias cerradas) y repicando. Así que Tussam se quedó sin Semana Santa y sin Feria, como tantos negocios de Sevilla; y se ha quedado en los huesos, como tantos negocios de Sevilla; y se le viene una buena ruina encima, como a tantos negocios de Sevilla. Porque lo peor está por llegar. ¿O era al revés?
SÓLO faltan 10 días para que vuelva el fútbol profesional, con el partido de rivalidad entre el Sevilla y el Betis. Disputar un derbi como ese, sin público, atenta contra las más finas esencias del fútbol, y supone una alegría manifiesta para el visitante. No es lo mismo a puerta cerrada que tener a miles de espectadores chillándote durante 90 minutos. Pero así es la Liga descafeinada que nos espera, por motivos económicos y políticos. A los clubes les vendrán muy bien esos ingresos, pero al Gobierno también le conviene que haya fútbol todos los días (incluidos los lunes), desde el 11 de junio al 18 de julio, o quizás el 19, no se sabe todavía. Al haber tanto en juego (título, competiciones europeas, ascensos y descensos), aparecen otros temas para los telediarios y las tertulias de la fase 3. El Cádiz entra en ese carrusel del fútbol.
EL relato de lo que ha ocurrido en España no lo va a reescribir, manipulado, este Gobierno, porque ya está escrito. Podrán destituir a personas íntegras, como el coronel Pérez de los Cobos, o enviar signos al Poder Judicial. Podrán utilizar métodos propios de una dictadura bananera. Pero quedará la realidad. En los periódicos de tres semanas trágicas (del 24 de febrero al 15 de marzo) está escrita la historia del coronavirus. Ahí se descubren los errores iniciales que han causado 30.000, o quizás 40.000 muertos en España. Y ahí se ve que la Guardia Civil ha contado la verdad. Aunque les duela, que motivos tienen. Se equivocaron.
EN el Carnaval de Cádiz ya ha salido todo, y una gran parte lo ha sacado Antonio Martín. En el Carnaval de 1998 salió ‘Patio Vecino’, una bonita comparsa, que obtuvo el tercer premio en el sorteo del Gran Teatro Falla. El patio de vecinos es muy gaditano. Desde la azotea de la casa en la que yo vivía cuando era un niño (en el siglo pasado) veía unas peleas de vecinos en el patio de al lado que eran impresionantes. Eran de una ordinariez parecida al pugilato intelectual entre Cayetana Álvarez de Toledo y Pablo Iglesias en el Congreso de los Diputados. Sus señorías han confundido el hemiciclo de las Cortes con un patio de vecinos, y montan peleas barriobajeras en las que se retratan. Así se fabrican los trending topics para engañabobos. Como la gordofobia. Y mira que ella está flaca y que el otro le cae gordo a media España.
PUES sí, yo era de los pocos que no había escrito un artículo titulado La Sevilla que viene. He esperado al día de San Fernando, santo patrono de la ciudad, que en otros tiempos tenía una fiesta local con todos sus avíos, e incluso lo sacaron en procesión, cuando esas actividades estaban bien vistas. En Sevilla se suponía que un santo sin procesión era como una mocita sin amor, algo que ya no dice nadie. Todo se está quedando incomprensible para las generaciones futuras. Es posible que a los niños nacidos en 2020 les digan la generación mascarilla, igual que les dicen los millennials a los del siglo XXI. También es posible que algunas personas con edades comprendidas entre los 20 y los 40 años no se pongan mascarillas, ni siendo obligatorias, por considerar que no va con ellos, pero sí va. En la Sevilla que va y viene puede pasar de todo.