LA Vuelta ciclista a España de 2026 volverá a la provincia de Cádiz y tendrá una etapa importante entre El Puerto de Santa María y Jerez. Importante porque puede ser…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
JUANMA Moreno Bonilla nació en Barcelona, hace 55 años, pero se le considera malagueño. No obstante, esa referencia del lugar donde vino al mundo le condiciona. El pasado fin de semana volvió a Cataluña para presentar su libro, Manual de convivencia, y para asistir a la misa que presidió el…
PUEDE considerarse como una gran noticia que tengamos noticias de Extremadura. La pobrecita Extremadura nunca aparecía en los informativos nacionales, excepto que ocurriera algún suceso grave, o que el hermanísimo del presidente del Gobierno se pase de listo. Sin embargo, ahora tiene importancia. El próximo domingo, día 21, han convocado…

LA buena gente mayor, de costumbres carrozas, camp, rancias, casposas, o como les llamen, habrá oído esa canción tan carca de Mirando al mar. Pero la versión gaditana de mirando al mar no es la de Jorge Sepúlveda, que evoca los tiempos del blanco y negro en el Cine Gades, sino que en Cádiz siempre se ha mirado al mar, aunque sea de reojo. Uno de los tópicos locales asegura que Cádiz sólo ha sido rica “cuando mira al mar”. Se fundamenta en los miradores, con los galeones y demás barcos que iban y venían para hacer las Américas, y no sólo para matar indios (más han matado en las películas de los cowboys y los pieles rojas), sino para comerciar. Pero eso nos llevaría por otros derroteros de la anti hispanidad, falsificada y manipulada, que fue contemporánea del mayor esplendor de Cádiz, por cierto. Aquí el mar nos sigue dando sorpresas. La última vez por la Sail GP de los barcos voladores en el puente del Rosario y el Pilar. No obstante, al mar se mira todos los días. Es uno de los alicientes del turismo, el maná de ahora.
EN su intento por desguazar al PSOE en Madrid, Pedro Sánchez ha sugerido el traslado de algunas instituciones a otras ciudades españolas. Aunque lo ha matizado, sonó como la deslocalización de empresas en Cataluña, después del referéndum independentista de 2017, pero en este caso no con empresas privadas, sino con instituciones públicas, y sin ningún motivo, excepto que Isabel Díaz Ayuso les dio un sopapo en las últimas elecciones autonómicas. Nada fastidiaría más a los madrileños que ese tipo de maniobras tan burdas. Visto desde Andalucía, recuerda lo que ocurrió con Sevilla en los albores autonómicos. Aquellos intentos por repartir las consejerías, y trasladar el turismo a Málaga, etcétera.
SUPONGO que el buque BAM-IS que le han concedido al astillero de Navantia de Puerto Real, y que generará más de mil empleos durante tres años y medio, será construido por trabajadores netamente gaditanos. Lo digo porque el presidente de Navantia, Ricardo Domínguez, estuvo la semana pasada de visita, y recordó que para las reparaciones de cruceros en los astilleros de Puerto Real y Cádiz (ciudad a la que se considera la capital del paro español) ha sido necesario contratar a trabajadores extranjeros, porque aquí no había capacidad para asumirlo. El dato de los mil extranjeros para reparar cruceros chirría, porque hay algo que no se entiende bien. No parece normal que por un lado se reclame más trabajo y por otro lado resulte que falta personal para el trabajo existente, que según se suponía era poco, discontinuo y malo.
EL presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha aceptado el reto de ser tan populista o más que la vicepresidenta Yolanda Díaz. A la vista de lo bien que funciona esta señora en las encuestas del CIS, con medidas de “aquí invito yo”, ha decidido subirse al carro. Entre los dos están empeñados en un objetivo evidente: conseguir el voto joven para ganar las próximas elecciones. Mientras Pablo Casado y los del PP organizan cónclaves para decir que están muy unidos, los otros son más prácticos. Se han enterado de lo que sucedió en Alemania, donde los jóvenes que votaban por vez primera optaron por Los Verdes, seguidos por los liberales del FDP, y le dieron la espalda al bipartidismo tradicional. Así que van a por ellos.
EN la mañana del viernes 13 de agosto de 2021, operarios municipales retiraron los rótulos del Estadio Ramón de Carranza. Desde entonces ya es el Estadio Nuevo Mirandilla. Y desde entonces, todo hay que decirlo, el Cádiz CF no ha ganado un partido en ese estadio. A pesar de que ya puede acudir el público, al que tanto se echaba en falta, por su entusiasta apoyo. Es decir, desde que retiraron el rótulo de Carranza, como si fuera una maldición apocalíptica, entró el gafe. No se conoce la victoria en cinco partidos, sólo tres puntos (tres empates) de 15 posibles. Y no ha marcado ningún gol en los tres últimos encuentros. Es verdad que tal como juega el Cádiz es muy difícil ganar, pero la temporada pasada, sin público, jugaba por el estilo, atrás y a rezar, y se salvó con cierta holgura.