NO hace falta citar los siglos XVIII y XIX para recordar la importancia que tuvo el teatro en Cádiz. Eran otros siglos y otras costumbres. Pero recordemos que en la…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
ALGUNOS miembros de la cultura progresista no lo han querido decir en público. Pero, en privado, están insinuando que el Premio Cervantes, máximo galardón de las Letras hispanas, considerado el Nobel literario español, se ha convertido en un premio patriarcal. No lo critican en público, porque el premio (aunque en…
A los pocos días de la catástrofe, escribí que Carlos Mazón debía dimitir como presidente de la Generalitat valenciana. Es lo que pensaban (y siguen pensando) la mayoría de los ciudadanos. Ha sido un error mayúsculo que permaneciera en el cargo, con la excusa de que sería el piloto de…

NO pueden exigir sacrificios al pueblo soberano si los políticos y los futbolistas hacen lo que les da la gana. El partido de rivalidad entre el Sevilla y el Betis dejó algunas escenas inquietantes. No tanto por lo que pasó, sino porque se comportaron sin rubor a las primeras de cambio. Irene Lozano, la presidenta del Consejo Superior de Deportes, está resistiendo, de momento, las presiones de Javier Tebas y las aficiones para que el público vuelva a los estadios. El doctor Simón, siguiendo su costumbre, ya dijo que ni sí ni no. A falta de público, los futbolistas, en algunos detalles, no se comportaron como lo que habíamos visto en la Bundesliga. También es verdad que esa competición se disputa en Alemania.
ALGUNOS pensarán: a este le ha dado por las playas gaditanas y no las suelta. Ha pasado de Santa María del Mar y las banderas azules a la Caleta. No se preocupen, es una trilogía, hoy es el último día. Procuro escribir de asuntos como los que verdaderamente interesan a una mayoría ilustrada de los gaditanos. Y, últimamente, no se habla de otra cosa que no sean nuestras playas. Parece que en la capital gaditana sólo viven sirenas y amigotes de Neptuno, de modo que al aproximarse el verano no se puede olvidar lo principal. Si al verano del coronavirus le quitamos las playas de Cai, ¿qué le quedaría? Pues entonces. Una cosa es cargarse la gran noche de las barbacoas y otra no dejar títere con cabeza, ni siquiera a la Tía Norica, que no podrá jugar al bingo en la Caleta.
LOS aeropuertos de Sevilla y Málaga son los únicos de Andalucía en los que están permitidos los vuelos internacionales. Gracias a las gestiones del alcalde, Juan Espadas, ya que en principio no fue incluido. Se supone que a partir del 1 de julio habrá más permisividad en las fronteras, y más aeropuertos recibiendo a personas esenciales (y turistas) de otros países, y más peligro. En el caso de que se detecte un rebrote, no se olviden de los aeropuertos. Pues no sólo el 8-M influyó en el origen de la pandemia, sino que los más eficaces colaboradores del coronavirus (sin querer, por supuesto) han sido las residencias de ancianos, los hospitales y los aeropuertos. Por ellos empezó todo, ya que el coronavirus era vecino de Wuhan (China) hasta que le dio por viajar.
POR si éramos pocos en las playas, aparecieron las banderas azules. Se las echaba en falta. El bicho antes era Cristiano Ronaldo CR7 y ahora el bicho es el Coronavirus Covid19. Ha venido para fastidiar, aunque esté debilitado. Nadie entendía porque no concedían ya las banderas azules, que son como el certificado de playas punteras. Y suponíamos que este año pasaría lo mismo que con las procesiones y las bandas, que las suspenderían. Sin embargo, en Cádiz estamos de enhorabuena: le han dado un aprobado general a nuestras playas. Hay para todas, con 37 banderas. Ha ocurrido lo mismo que en los colegios. Hacen la vista gorda y pasan todos, aunque escriban vurro y hobeja. O aunque en la playa veas algo raro flotando.
NUNCA en Sevilla se siente a Dios en la ciudad con la misma intensidad que en la mañana del Corpus. Hoy se celebra misa en el interior de la Catedral y una procesión (claustral, por supuesto) con el Santísimo Sacramento. Al final, una bendición a la ciudad, desde la Puerta de la Asunción. Todavía no hemos vuelto del todo a la nueva normalidad. Al menos, no ha vuelto Jesús Sacramentado, que se ha quedado confinado bajo la belleza gótica de un templo tal que nos tomen por locos. Ahí está, ahí vive, ahí nos aguarda, pero su presencia real y verdadera no saldrá a las calles. Vemos algunos escaparates adornados en la calle Francos, que recuerdan vagamente el oropel de otros años. No es lo mismo. Tan sólo un lamento con ecos barrocos.