LA Vuelta ciclista a España de 2026 volverá a la provincia de Cádiz y tendrá una etapa importante entre El Puerto de Santa María y Jerez. Importante porque puede ser…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
JUANMA Moreno Bonilla nació en Barcelona, hace 55 años, pero se le considera malagueño. No obstante, esa referencia del lugar donde vino al mundo le condiciona. El pasado fin de semana volvió a Cataluña para presentar su libro, Manual de convivencia, y para asistir a la misa que presidió el…
SIEMPRE es bueno que haya niños traviesos en casa. Siempre es bueno que esté Puigdemont en su exilio con una amnistía pendiente y que Junts retire su apoyo al Gobierno de Pedro Sánchez, con Miriam Nogueras ejerciendo de mujer fatal, pero sin permitir que caiga. Sin embargo, el mayor culpable…

HAN pasado 40 años desde aquel 28 de febrero de 1980. Entonces yo era un joven que lo vivió de cerca. Entonces yo era un joven que informaba de aquel acontecimiento, por lo que no hace falta que nadie me lo cuente. Entonces, en ABC de Sevilla, ejercía como redactor jefe Antonio Burgos, el director era Nicolás Jesús Salas y los redactores de Política Andaluza éramos David Fernández Cabeza y yo. Después del referéndum, David tomó otros rumbos y a mí me faltó poco. Tal fue la esquizofrenia informativa, en una Andalucía bipolar, zarandeados entre las convicciones y las presiones. Por eso, el acto de hoy es evocador. Aquel referéndum no se hubiera ganado sin Manuel Clavero y sin Rafael Escuredo, ni tampoco sin Antonio Burgos.
HAN pasado 40 años desde aquel 28 de febrero de 1980. Entonces yo era un joven que lo vivió de cerca. Entonces yo era un joven que informaba de aquel acontecimiento, por lo que no hace falta que nadie me lo cuente. Entonces, en ABC de Sevilla, ejercía como redactor jefe Antonio Burgos, el director era Nicolás Jesús Salas y los redactores de Política Andaluza éramos David Fernández Cabeza y yo. Después del referéndum, David tomó otros rumbos y a mí me faltó poco. Tal fue la esquizofrenia informativa, en una Andalucía bipolar, zarandeados entre las convicciones y las presiones. Por eso, el acto de hoy es evocador. Aquel referéndum no se hubiera ganado sin Manuel Clavero y sin Rafael Escuredo, ni tampoco sin Antonio Burgos.
ESTAMOS en Cuaresma y el Carnaval va de recogida, a la espera del último fin de semana con el domingo de Piñata. Pasarán los días y entraremos en un periodo de reflexión. A Lola Cazalilla, la concejala de Fiestas (que también lo es de Cultura), la espera un año de trabajo, tras haber vivido su primer Carnaval como responsable municipal. En una entrevista publicada en la revista El Popurrí, que edita Carlos Medina, la señora Cazalilla dice: “Ya no soy la esposa de un comparsista, ahora él es el marido de la concejala”. Esto es una curiosidad del empoderamiento feminista, y revela la importancia del cargo.
A lo largo de su vida una persona puede evolucionar y cambiar algunas de sus ideas. Pasa en todos los partidos. Incluso en las religiones. San Pablo, que era malísimo, se cayó del caballo camino de Damasco, y se convirtió en piedra angular del cristianismo. Santiago Carrillo, que era del PSOE, se pasó al PCE, no impidió la matanza de Paracuellos del Jarama durante la guerra civil (de lo que después se arrepintió); y más tarde, participó en las purgas soviéticas contra sus compañeros del PCE, se hizo eurocomunista, aceptó la bandera roja y gualda, se pasó al PSOE y terminó de tertuliano en la cadena Ser. ¿Y qué me dicen de Jorge Verstrynge? Pasó de ser la mano derecha de Fraga en AP a ser podemita. El caso de Pemán no es el único de un demócrata que evoluciona.
TENÍA muy claro que nuestra percepción acerca de los enfermos por el covid-19 (popularmente conocido como el coronavirus) cambiaría en cuanto apareciera el primer caso en Sevilla. El mundo es un pañuelo que contagia las infecciones con los contactos. En China fueron descubiertos los primeros (con retraso, por cierto), y pusieron una barrera en torno a la ciudad de Wuhan y luego a la provincia de Hubei. Para que se hagan una idea: han dejado aislados a 56 millones de habitantes (que son los que viven allí), y así no se ha extendido a lo bestia por el resto de China, donde viven más de 1.300 millones de habitantes, en su inmensa mayoría sanos. Pero en este mundo globalizado es imposible que los casos no llegaran a otros países.