A muchos gaditanos y gaditanas les importa poco que se pierdan dos o tres hoteles por el camino de la burocracia. Pero se formaría la marimorena si se perdiera una…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
SEVILLA fue la clave para la renovación del PSOE. En Suresnes 74 empezó todo, cuando el compañero Isidoro salió a hombros como el mesías del futuro. Entonces se dijo lo mismo que dicen ahora los sanchistas: que los viejos estaban chocheando. Los jovencitos renovadores se quedaron con las siglas del…
PARA entender un poco la realidad de Cataluña, que en el resto de España está tergiversada, nos ayudan las cuentas electorales. Es decir, la evolución de los resultados en las últimas elecciones. Entre el referéndum ilegal que montó Puigdemont el 1 de octubre de 2017 y la convocatoria de hoy,…
TENGO una duda: ¿los trabajadores del Astillero de Puerto Real estarán en el Centro de Fabricación Avanzada? Si leen lo del Astillero 4.0 (y Alberto de portero), que es un nombre precioso para una chirigota, se te ponen los vellitos de punta. Viendo que nuestro Astillero 4.0, que figurará en la vanguardia de la I+D+i, con la investigación más avanzada de la Navantia competitiva, tiene 12 tecnologías, que van todas por el mismo camino: la realidad virtual, los vehículos autónomos, la robótica, la plataforma digital, la nube, la ciberseguridad, la inteligencia artificial, la simulación, y demás. Por el contrario, no hablan de las disciplinas tradicionales del obrero, como soldar y otras así.
HASTA 1914, cuando fue inaugurado el parque de María Luisa, en Sevilla no había ninguno. Existían jardines de universal fama, como los del Alcázar. La infanta María Luisa, duquesa de Montpensier, donó parte de los jardines de San Telmo en 1893. Fueron reconvertidos en su Parque. El único parque conocido durante muchos años, al que todavía se denomina El Parque. Según he leído, actualmente el 30% de sus árboles se encuentran en un estado digamos que pachucho. En los últimos años, la ciudad se ha llenado de parques. Según los cálculos más optimistas, cuando se inaugure el proyecto de Tablada, la ciudad contará con 1.700 hectáreas de zonas verdes. Ahí es nada. Algunas fuentes estiman que cada sevillano sale a 14 metros cuadrados de parque por cabeza. Se cumplen todos los estándares internacionales. Esta es una ciudad verde, y no sólo en Heliópolis.
ES muy serio, pero han convertido la independencia de Cataluña en un motivo de cachondeo. Hoy se cumplen siete días. El viernes pasado, cuando escuchaba en la radio las retransmisiones desde el Senado y el Parlament de Cataluña, pensé que nuestro paisano Antonio Hernández-Rodicio, director de la cadena SER, podría haber organizado un Carrusel Político y encomendarle la retransmisión a nuestro paisano El Yuyu, con sus personajes. Hubieran triunfado. Esta parodia de Cataluña es de risa y ya hay que colocarla directamente entre los temas carnavalescos. La retransmisión de aquel histórico e histérico viernes negro pudo ser tal que así:
LA culpa ha sido de la noche de Halloween. En los últimos años habíamos escrito tropecientos artículos, denunciando que era un invento yanqui, una ordinariez, algo impropio de nuestras tradiciones y fiestas. Pues ha bastado un exceso de aforo (entraron 1.400 criaturitas donde cabían 900) en un local de San Francisco Javier para que la nochecita de los monstruitos evocara no al más allá, sino al más pallá, cuando aquella fiesta de Halloween de Madrid, de infausto recuerdo. Por supuesto, no ha ocurrido nada parecido. Pero sí lo suficiente para que hayan clausurado tres locales y para que se preocupen. Y, de rebote, se han acordado de la botellona, que no estaba muerta, como cantaba Peret, sino que estaba tomando cañas con los disfraces tenebrosos.
ES curioso que el Terremoto de Lisboa de 1755 se reconvirtió aquí en el Maremoto de Cádiz. El seísmo afectó a todo el suroeste de la península ibérica, tanto en Portugal como en España. Aunque las principales consecuencias fueron padecidas en la capital portuguesa y sus proximidades, donde se registró el mayor número de víctimas (hasta 100.000, según algunas versiones). En Cádiz, la tradición situó un milagro que aún se sigue conmemorando felizmente cuando han pasado 262 años. La calle de la Palma no se entendería sin ese milagro. La calle de la Palma siempre ha sido milagrosa. Hoy es una de las calles más famosas de Cádiz en el extranjero. Todo el mundo sabe dónde está: en invierno, por el Carnaval; en primavera, por la Semana Santa; en verano, por las caballas de sus bares; y en otoño, porque se festeja un milagro y sale una Virgen pequeñita muy querida.