TRES torres y seis cofradías hay en mi barrio de Santa María. Esto lo podría decir un pregonero y colaría. Porque el barrio tiene las torres de la Merced, Santo…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
LA Madrugada de la Semana Santa de Sevilla es el territorio de los abruptos contrastes. Según las estadísticas, es la jornada con mayor número de nazarenos cumpliendo estación de penitencia y es la jornada con menos público en las calles del casco antiguo viendo las procesiones. Es también la jornada…
LA Semana Santa ofrece 8 días de oro para el turismo, y no sólo el religioso. En Andalucía se celebra como ya sabemos, pero hay de todo. Miles de personas entran y salen de las ciudades estos días. Oigan, ¿pero el turismo es bueno o malo? Es la principal fuente…
EL Gobierno de Pedro Sánchez sigue haciendo griegos. Hemos recuperado a los oráculos de la Grecia clásica, ahora transformados en gurús. Y ellos son los que mandan, comandados por el gran Iván Redondo, que le cuadra las cuentas al sanchismo. Los indultos en Cataluña no se basan en el Derecho, ni en las ideas. Se trata de un asunto electoral. Y no ya porque el PSOE sanchista necesita el apoyo de los independentistas catalanes (y vascos), junto al de sus socios de Unidas Podemos, para mantenerse en la Moncloa. Hay más: Cataluña se ha convertido en el último salvavidas electoral de Pedro Sánchez. Las poquísimas posibilidades que tiene el PSOE de volver a gobernar en España tras unas elecciones pasan por Cataluña y, en menor medida, por el País Vasco.
Es lógico que un barón socialista y bonista como Emiliano García-Page esté indignado. En Castilla La Mancha los indultos tendrán un alto coste electoral. Lo mismo pasa en Extremadura. Más lamentable es que Juan Espadas y Susana Díaz miren a otro lado, por no incordiar al jefe, cuando es evidente que no comparten la liberación de los “presos políticos”, como se autoproclaman. Presos políticos no hay en España, sino delincuentes condenados. Y no se han arrepentido, al contrario.
Las cuentas electorales son obvias: en Madrid y en Galicia arrasará el PP, que crecerá después de los indultos. También crecerá en las Castillas, Extremadura, Aragón y otras comunidades pequeñas. Por el contrario, el PSOE estima que el PP pasará a la insignificancia en Cataluña y el País Vasco, mientras que seguirá renqueando en la Comunidad Valenciana y en Baleares, donde no han olvidado aún los casos de corrupción. Cataluña podría decidir: sería el trampolín para seguir en la Moncloa.
¿Y Andalucía? Es la comunidad con más electores. Aquí es donde más arriesga el PSOE, porque un descalabro sería funesto para ellos. Por eso, han buscado a un candidato moderado como Juan Espadas, para disfrazarlo de sanchista 0,0. Un intento burdo e injustificable. Al PSOE de antes (el renovado de Felipe y Alfonso, hoy histórico) eso le rechina, pero al de Zapatero y Sánchez le da igual, ya que sólo le interesa gobernar, y hay muchos cargos en juego. Las ideas importan menos, y los principios nada. En sus cuentas, complacer a la Cataluña independentista resulta imprescindible. Aunque sea un truco: Sánchez no les concederá la independencia. Si Cataluña y el País Vasco fueran independientes, el PP gobernaría en España hasta 2050, o más.
José Joaquín León
LA playa de la Victoria y el Paseo Marítimo de Cádiz han entrado en una dinámica de peligro para las tardes y noches de verano. Se ha convertido en el nuevo botellódromo de la ciudad (y gran parte de la Bahía), sobre todo los fines de semana. Está llegando a un nivel alto de utilización que será imparable si no se frena ya. Lugares como los bajos del hotel Playa Victoria y la entrada principal se han convertido en la zona VIP de las reuniones juveniles, cada vez más concurridas. El fenómeno es semejante (a escala gaditana) a lo que sucede en Barcelona, donde las playas eran tomadas la Noche de San Juan y se quedaban cochambrosas; pero ahora todas las noches de fines de semana son sanjuanistas. El problema no es sólo pandémico, que también, sino que afecta al ecologismo gaditano, aquel que acabó con las barbacoas.
LOS Juegos Olímpicos de Tokio 2021 están en peligro, después de haber sido aplazados en 2020 por la pandemia. EEUU ha recomendado que sus ciudadanos no viajen a Japón y cada vez hay más presión pidiendo que los cancelen. La gente joven quizá no lo sabe y los mayores quizá lo han olvidado, pero Sevilla fue candidata tres veces a organizar unos Juegos Olímpicos: los de 2004, 2008 y 2012. Bueno, eso se dijo. Posibilidades reales nunca hubo. La candidatura presentaba defectos, entre ellos el transporte público. Una ciudad sin Metro no puede acoger unas Olimpiadas, advertían los entendidos, entre ágape y ágape. Prometieron que construirían un Metro, y ahí está: con una línea como muestra y tres en el limbo. Los Juegos Olímpicos vuelven a la actualidad. Es raro que a Juan Espadas no se le haya ocurrido pedirlos, por si acaso, aunque fueran de segunda mano y fabricados en Japón. Ha perdido la oportunidad de hablar en japonés, y de reforzar su candidatura a la Junta.
SERÍA muy triste que se pierda la oportunidad de construir el nuevo Hospital de Puntales, y sólo sirva para la enésima disputa entre PSOE y PP. Los dos partidos tienen motivos para callarse, pero más nefasta ha sido la actuación del PSOE. Es verdad que el PP incluso acudió al solar con pancartas de “Juanma lo haría”, y todavía no ha hecho nada, aunque insistan en que la construcción del hospital está incluida en el proyecto de los fondos Next Generation. Aún así, lo del PSOE ha sido mucho peor, ya que Manuel Chaves lo prometió en 2004,con una inversión estimada en 180 millones, y desde entonces tuvieron 15 años de gobierno en la Junta de Andalucía y no hicieron nada. Fue prometido en 2004; es decir, en los años del boom inmobiliario, que se intentó aprovechar con una operación especulativa en la que se implicó a la Zona Franca.
LA ineficacia al gobernar se paga. Tenemos un Gobierno de coalición y sin cohesión, en el que una médica es ministra de Hacienda, una abogada funcionaria es ministra de Sanidad, un artista del baile que empezó dos carreras y no terminó ninguna está al frente de las autonomías, una psicóloga emparejada con un vicepresidente que dimitió está transformando los géneros, etcétera. Y en el que el presidente Pedro Sánchez, encantado de conocerse en la Moncloa, nombró ministra de Exteriores a Arancha González Laya, una abogada vasca especializada en comercio, que ha trabajado en la ONU y la OMC, y que presentaba un perfil de los mejorcitos del gabinete. Pero ha demostrado poca capacidad diplomática y mucha cara dura para negar la realidad.