LA ciudad de Cádiz es la que tiene la mejor memoria democrática de España, gracias a un sector de la izquierda local que apuesta por el revanchismo para distraerse. A finales del año 2024, en ningún lugar se están dedicando a cambiar los nombres de las calles y los edificios. O bien se hizo después del cambio de régimen, del que pronto se va a cumplir medio siglo. O bien son nombres que se han adaptado al medio, y que se han desposeído de las connotaciones de una guerra civil que empezó hace casi 90 años. Y sobre todo no es normal que se manipule la memoria democrática legítima y se confunda con el odio y el revanchismo.

TODOS los años, por estas fechas, tenemos la misma polémica por la pérdida de habitantes en Cádiz. A finaol de 2024, el gaditano y la gaditana no están todavía en peligro de extinción, pero se han encendido las luces de alarma. Porque si Cádiz baja de los 100.000 habitantes eso le costaría a las arcas municipales 40 millones de euros menos en las ayudas del Estado. Y, si dejan de ingresar esos 40 millones, sólo quedan dos opciones: o los pagan los gaditanos y las gaditanas, fritos con impuestos; o se reducirían las prestaciones municipales, con el consiguiente deterioro de los servicios.

EN Cádiz, se suele hablar de la decadencia sufrida por la ciudad. En realidad, se habla de la decadencia desde el siglo XIX, cuando se comparaba el Cádiz de entonces con el del siglo XVIII, que fue el tiempo del esplendor con el traslado de la Casa de Contratación en 1717. Sin irnos tan lejos, es evidente que la decadencia se ha debido a causas económicas. Pero ha redundado en una inexplicable falta de interés por el patrimonio gaditano, que es herencia de los tiempos del esplendor. Pocas ciudades españolas tienen los tesoros artísticos que aún quedan en Cádiz. El patrimonio gaditano es más valorado fuera que dentro de la ciudad.

LOS premios y honores que se conceden en la ciudad de Cádiz están sujetos a comentarios. Entre ellos, los más habituales en las conversaciones de los entendidos suelen ser las dedicatorias de calles, y también los de hijos predilectos y adoptivos. Como el Ayuntamiento no los suele conceder de uno en uno, sino a varios de una tacada, las designaciones quedan más repartidas. Y así lo que a unas personas les parece mejor a otras no, y a la inversa. Siempre ha pasado y este año también. Todos los premiados tienen méritos, y otros que pudieran haberlo recibido también. Entre los premiados por el Ayuntamiento, yo me quiero referir a Ramón Velázquez.

EN la ciudad de Cádiz circulan muchos tópicos. Se suele decir que Cádiz es chiquitito y aquí se conoce todo el mundo. La familia Pettenghi es un buen ejemplo. En Cádiz, probablemente se pudiera decir que una persona de cierta edad que no haya conocido a José Pettenghi padre y a José Pettenghi hijo no es gaditano, o estaba muy despistado. Y eso nos remitiría a ese Cádiz vecinal y pueblerino donde casi todo el mundo se conoce. Pero también a ese Cádiz cosmopolita que los Pettenghi llevan en su apellido. Y asimismo al interés cultural de ambos Pettenghi, que eran dos hombres ilustrados, siendo tan distintos de ideas.