TRES torres y seis cofradías hay en mi barrio de Santa María. Esto lo podría decir un pregonero y colaría. Porque el barrio tiene las torres de la Merced, Santo…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
EL Miércoles Santo tiene merecida fama de ser uno de los días más difíciles de organizar de la Semana Santa. Por su número de cofradías, por los lugares donde están ubicados sus templos, y por otras cuestiones costumbristas heredadas del pasado. Hoy sale una cofradía ejemplar, que aparece entre las…
LA Semana Santa ofrece 8 días de oro para el turismo, y no sólo el religioso. En Andalucía se celebra como ya sabemos, pero hay de todo. Miles de personas entran y salen de las ciudades estos días. Oigan, ¿pero el turismo es bueno o malo? Es la principal fuente…
EL ascenso ya está conseguido, pero no se debería emborronar el final. Ante el Girona, que se jugaba la plaza de play off de ascenso, el Cádiz tuvo momentos buenos y malos. Llegó con el objetivo principal cumplido, y con muchos suplentes en el equipo inicial. A ratos parecía que estaba jugando un amistoso. Aun así, con la entrada de Álex para los últimos minutos, se pudo conseguir el empate. Ese punto era y es necesario. El Cádiz, que ha sido líder durante casi toda la Liga, no le debería regalar ese título al Huesca en la última jornada. Es la guinda que le falta al pastel del ascenso.
LOS gaditanos y las gaditanas son muy buenos, aunque algunos y algunas no lo parezcan, ni ellos ni ellas se lo crean. Y, además, oye, que a este alcalde Kichi se le consiente lo que no le hubieran tolerado a ningún alcalde o alcaldesa de los anteriores. En las playas de Cádiz City, como no hay autoridad, ni cogobernanza, ni nada de eso que decía Pedro Sánchez, el gaditano y la gaditana se autogobiernan por su cuenta y riesgo. Es admirable lo que está sucediendo en Victoria Beach, donde la última vez que se vio un policía local no sé si estábamos en los encuentros de la tercera fase. Desde principios de julio, nada. Más probabilidades hay de encontrar un tiburón a que te multen por pasear de Cortadura a la Caleta sin mascarilla.
ESTA polémica que se ha montado sobre la dedicatoria del aeropuerto de Sevilla al glorioso pintor Diego Velázquez nos recuerda a lo que antes se denominaba una serpiente de verano. Estas serpientes no eran como la cobra de Cleopatra, ni siquiera como la que tentó a Eva en el paraíso. Las serpientes de verano ponían de actualidad asuntos baladíes en momentos insípidos. Mayormente cuando la gente se había ido a Matalascañas o Chipiona, incluso a la Costa del Sol, sin necesidad de desescaladas. O a Bali y paraísos lejanos. Para estos últimos casos, era necesario el avión. Había colas en el aeropuerto, que no se preocupaba por el nombre, sino por las salidas y llegadas. Los vuelos de China y EEUU, de los que habló Antonio Muñoz, aún los están buscando.
HOY es 16 de julio y no saldrá la Virgen del Carmen a las calles de Cádiz. A las ocho de la tarde no se abrirán las puertas de su templo, no aparecerá la cruz de guía, no la seguirá el cortejo carmelitano. No la veremos a Ella, en su paso de palio, asomada a la Alameda, para recorrerla en triunfo y bendecir el mar de Cádiz. No podrá seguir hacia la plaza de Mina, que es uno de sus rincones preferidos, donde la esperaban los niños interrumpiendo sus juegos, expectantes junto a sus padres, bajo las luces de un atardecer que declina, las últimas ráfagas de sol que brillan en la corona del Niño. Tampoco seguir, cuando la noche avance, hasta regresar por Veedor y Bendición de Dios, donde la aguardaría el Mentidero para recordarle que es su Reina coronada, y que siempre lo será en el Carmelo de sus corazones.
HOY es el día grande del Julio Carmelitano, que como todas las devociones de Sevilla se ha quedado sin procesiones. Por culpa del coronavirus, naturalmente. Pero no sin cultos. Nunca se quedará la Virgen del Carmen sin el recuerdo y el amor de sus devotos sevillanos, que son muchos. Aún hoy, a pesar de las dificultades de la vida conventual, Sevilla mantiene un pleno carmelitano con cuatro conventos: frailes del Santo Ángel (carmelitas descalzos) y el Buen Suceso (carmelitas calzados) y monjas de Las Teresas (carmelitas descalzas) y Santa Ana (carmelitas calzadas). Por las collaciones históricas de la Magdalena y San Pedro, de Santa Cruz y San Lorenzo, se mantiene viva la huella. Prendió la semilla que en su día dejaron Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, que acudieron a Sevilla a finales del siglo XVI para las fundaciones.