TRES torres y seis cofradías hay en mi barrio de Santa María. Esto lo podría decir un pregonero y colaría. Porque el barrio tiene las torres de la Merced, Santo…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
LA Madrugada de la Semana Santa de Sevilla es el territorio de los abruptos contrastes. Según las estadísticas, es la jornada con mayor número de nazarenos cumpliendo estación de penitencia y es la jornada con menos público en las calles del casco antiguo viendo las procesiones. Es también la jornada…
LA Semana Santa ofrece 8 días de oro para el turismo, y no sólo el religioso. En Andalucía se celebra como ya sabemos, pero hay de todo. Miles de personas entran y salen de las ciudades estos días. Oigan, ¿pero el turismo es bueno o malo? Es la principal fuente…
EL Cádiz ascendió al filo de la medianoche, al modo del Cádiz más Cádiz. De rebote, sin jugar, y sin bajarse del autobús. Lo había tenido en los pies la noche del sábado en Carranza, ante el Fuenlabrada, y no lo aprovechó. Pero los tres primeros perdieron en esta jornada. Gran favor del Oviedo en Zaragoza. El Oviedo, que frustró un ascenso del Cádiz a Segunda y que cinco años después lo ha compensado. Si nos fijamos en la temporada, el desenlace es justo. El Cádiz ha sido líder durante más jornadas y lo era cuando suspendieron la Liga del coronavirus.
EN los últimos días ha aumentado el debate sobre el uso de las mascarillas. Hasta la OMS reconoce que es un elemento esencial para frenar la pandemia o minimizar los nuevos brotes y una segunda oleada. En Cataluña, los incumplimientos eran escandalosos. Normal, porque los indepes de Puigdemont y Junqueras los habían acostumbrado a desobedecer, y porque Quim Torra y Ada Colau son dos activistas políticos de pancartas, pero no dos gestores. Como se les ha ido de las manos, han decretado que las mascarillas sean obligatorias, con multas de 100 euros. Les han seguido en Baleares, donde temen quedarse sin sus alemanes, a nada que se contagien. Extremadura, fronteriza con Portugal. Y Andalucía…
LAS elecciones vascas y gallegas han estado gafadas desde el minuto 1. Las convocaron para el 5 de abril, que era el Domingo de Ramos. En el pecado han llevado la penitencia. En Andalucía nos quedamos con la amargura de no ver ni una procesión ese día (ni los demás tampoco), pero ellos se quedaron sin votar. Aunque Urkullu es del PNV y Feijóo es del PP son amigos para siempre, en plan “Alberto, ¿qué día lo ponemos?”. “Vamos a pensarlo bien, Íñigo, que ya se nos ha fastidiado una vez”. Y así se les ocurrió el 12 de julio, que es hoy, lo más pronto que pudieron. Pensaron que aplazarlas al otoño sería peor, por miedo a la segunda ola del coronavirus. Parece que no iban tan mal encaminados. Era elegir entre lo malo o lo peor.
AL Cádiz le bastaba un empate en Carranza ante el Fuenlabrada para ascender y fue incapaz de conseguirlo. Triste forma de perder este partido, increíble en un equipo que se está jugando el ascenso a Primera. El Fuenlabrada ganó sin crear ni una sola jugada elaborada de peligro al portero Alberto Cifuentes, con un penalti regalado por una mano de Cala, que la sacó quizá por instinto asesino; y regalaron otro penalti, aún más tonto, en una falta de Álvaro Giménez, que el VAR anuló por fuera de juego. El Cádiz no supo jugar este partido. Como en otras ocasiones, no se supieron adaptar al fuerte viento de levante. A lo que se sumó el gafe de celebrar las cosas antes de tiempo, con decenas de muchachitos juntitos (y sin mascarillas) en los aledaños.
EL 11 de julio de 2010, España ganó el Mundial de fútbol en Sudáfrica. Un gol de Iniesta, en la prórroga, le dio la victoria ante Holanda. Fue una noche memorable, como se suele decir, celebrada en todas las ciudades y pueblos de España. Como se celebraban entonces las cosas: sin mascarillas y sin distancias, totum revolutum, y algunos con copitas de más, y bañándose en las fuentes, en vez de ducharse en casa. Tiempos primitivos y peligrosos, cuando los virus no estaban debidamente identificados. Dicen algunos entendidos en la materia que, gracias a aquel acontecimiento histórico, aumentó la natalidad nueve meses después. Pero es una leyenda urbana, como otras. Fue una fiesta, eso sí, y cuando han pasado diez años, ¡hoy vuelve a ser 11 de julio! Y puede haber otra fiesta en Cádiz… O no, depende.