SERÍA muy oportuno que el pleno municipal, con el visto bueno de la comisión del nomenclátor o lo que sea, apruebe la dedicatoria de una glorieta a las plataformas gaditanas.…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
AL mosquito sevillano algunos lo cuidan como si fuera el lince ibérico. Sabido es que el lince ya no está en peligro de extinción, de tanto cariño como se le ha procurado. Pero al mosquito sevillano no hay que permitirle que se propague, sino declararle la guerra y reforzar la…
HEMOS leído en la prensa (en la de papel, por supuesto) que Pedro Sánchez ha presentado un plan de regeneración democrática. Supongo que es una errata, como aquellas de La cárcel de papel, que publicaban en La Codorniz, un semanario humorístico que la generación Z no ha conocido. Y que…
HOY comienza oficialmente la temporada de invierno en la costa de Cádiz, después de que ya hayan cerrado todos los hoteles y chiringuitos que debían cerrar. En Cádiz y su provincia se ha creado una falsa impresión con la polémica chiringuitera. Hasta han apelado al cambio climático para afirmar que el sol permite aprovechar las playas en los meses más fríos. Y es verdad, excepto en los días de temporal o inundaciones. Pero eso no significa que aquí se aproveche bien el turismo de invierno. Antes al contrario, es de las zonas costeras de España que peor funcionan en cuanto llega el otoño. Asignatura pendiente. Frente a los chiringuitos de invierno abiertos están los hoteles cerrados.
EN la provincia de Cádiz ha llovido sobre mojado, sobre todo en Vejer y Conil. Una vez que escampó, mientras se valoran los daños, hay que preguntar por el origen del problema. ¿Por qué se convirtieron esos núcleos habitados en zonas catastróficas? En La Janda se registraron 78 intervenciones de los Servicios de Emergencia en viviendas, y se estima que decenas de familias se han quedado sin un hogar habitable. El delegado del Gobierno, Antonio Sanz, en su visita a las zonas afectadas, reconoció que pudo ocurrir una catástrofe mayor y que fue milagroso que no hubiera víctimas. Pero no basta con resignarse, o pensar que pudo ser peor.
LA desunión de la izquierda no la han inventado Pedro Sánchez y Susana Díaz, ni tampoco Pablo Iglesias e Íñigo Errejón. Una vez que se formó Gobierno, ahora se distraen con eso, de cara a sus respectivos congresos, para ver quién manda. Pero lo propio de la izquierda es la división. La izquierda unida no existe, es un gran mito, sólo funciona para conquistar el poder en los ayuntamientos, las diputaciones o las comunidades autónomas. En la izquierda (como en la derecha) lo que importa es el poder. Y se cargan hasta el PCE histórico, favorecidos por la rendición de Alberto Garzón a Podemos para ver lo que saca.
HE dejado pasar un día de silencio, con el máximo respeto y sin ausentarme, a diferencia de los otros camaradas cuando el finado o la finada no son de los suyos. Fidel Castro era un personaje importante, aunque ya desfasado. Con su muerte se cumple un trámite, que es dar por liquidado el siglo XX. Fue un tiempo con dos guerras mundiales, con la guerra civil española, con dictadores fascistas y comunistas, con golpes de Estado y revoluciones. En ese contexto vivió Fidel Castro, que ya era un anacronismo. Hasta los comunistas se han borrado el nombre de sus partidos, por vergüenza, o por disimular. Fidel fue su ídolo, en otros tiempos.
EN Cádiz hay un grupo relativamente amplio de personas que quiere que el alcalde vuelva a la comparsa. Piensan que ensayando para el próximo COAC (eso que siempre se llamó el concurso) estaría mucho mejor, y habría más gente feliz. Piensan que lo suyo de Kichi es cantar, no contar bombillas, ni dar el cante. Y se han instalado en la nostalgia, como diría el portavoz de Ciudadanos, Juan Manuel Pérez Dorao. Recuerdan aquellos años del catapum, cuando Kichi empezó a ganar premios con la comparsa de Tino Tovar. Y sobre todo aquellos que siguieron, cuando Jesús Bienvenido se independizó para crear su comparsa, con la que fueron el delirio de las niñas, que seguían a esos santos por todos los callejones, por si se perdía algún bocaíto, o lo que fuera.