EN 2025, al PP y al PSOE les ha dado el frenesí por competir a ver quién habla más de viviendas. Hablar por hablar. Construir es otra cosa, y requiere…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
EN la polémica sobre la llamada mafia del taxi en el aeropuerto de Sevilla podríamos recurrir a la filosofía. Lo sé, la filosofía está olvidada, hasta el punto de que un filósofo llamado Salvador Illa fue colocado como ministro de Sanidad y actualmente es presidente de la Generalitat de Cataluña.…
AL presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se le ha ocurrido celebrar en 2025 los 50 años de la muerte de Franco con el lema España en libertad. Es decir, que sido tan papista como el Papa y ha declarado un año jubilar (o algo así) y le ha puesto un…
VERDADERAMENTE corren tiempos difíciles, y son malos tiempos para la lírica, como diría Bertolt Brecht. Ustedes lo están viendo. El mundo se ha enloquecido. En plan totalmente Murphy, cuando puede ocurrir algo malo, sucede algo peor. Ahí está el Brexit. Ahí tenemos a Donald Trump en la Casa Blanca. Ahí hemos visto las inundaciones de Málaga, justo el día antes de llegar Hollande para una cumbre hispano francesa con Rajoy. Ahí nos hemos enterado de que lo ha invitado a una reunión en París. Hollande quiere que España forme parte del núcleo fuerte de Europa, junto a Francia, Alemania e Italia. Es para echarse a temblar.
HAY que ver lo que cambia la vida de un siglo a otro. Lo pensaba al leer la crónica sobre el derribo de las murallas de Cádiz (un hecho acaecido el 3 de marzo de 1906), que publicó Diego Joly en el Diario recientemente. Aquello se vivió en Cádiz como un acontecimiento estupendo, un símbolo del progreso para una ciudad que se abría al mundo. Todavía no tenían en mente cambiar el PGOU de la plaza de Sevilla. Sin embargo, ahora uno de los argumentos que esgrimieron contra el hotel de Renfe es que taparía las murallas, o lo que queda, se entiende. Porque todo el frente del muelle se lo llevaron por delante a principios del siglo pasado.
TARDE malange y grisácea que pareció contagiar al Cádiz. No se le vio esta vez como un equipo con recursos para estar arriba. Pareció como si después de lo ocurrido en Getafe (donde le escamotearon un punto para afirmarse), no se lo terminaran de creer. Hay que ser realistas para ver que el objetivo de la fase de ascenso será muy difícil. El Levante ya es inalcanzable y el Girona va en busca de ese camino. El Cádiz aún está en el pelotón de los que pelean detrás por los puestos de promoción. Y, si miramos a los de abajo, el puntito de ayer no está mal. Aunque sabemos que no fue bueno para aumentar las ilusiones.
AYER fue un día de suerte, tocaba regar. Unos operarios de la limpieza, todavía sin municipalizar, acudieron a la playa de la Victoria. Se esmeraron en su labor, con el resultado de que el módulo central lo dejaron como el lago Titicaca, de tanta agua como había. Consecuencia colateral fue que los pobres okupas que allí tienen su refugio debieron emigrar a la arena, donde amontonaron sus pocas pertenencias. Fue como un desahucio de la okupación, pero sin policías ni concejales. La verdad es que daban pena, aunque ese no sea el mejor campamento gaditano.
PASA con el tráfico lo mismo que con el fútbol: todo el mundo cree que entiende. Todos llevamos dentro un entrenador, pero también un taxista de los que no van al aeropuerto. Por eso, será difícil la cruzada que va a poner en marcha el director general de Tráfico, Gregorio Serrano, para que disminuyan los accidentes. Es cierto que está curtido en Sevilla, una de las ciudades donde peor se conduce de España, donde más tontamente están regulados los semáforos, y donde hay más víctimas en accidentes urbanos. Pero, para salir a hombros, deberá superar tentaciones; incluida la de aumentar las multas fáciles, en vez de cortar el origen del mal.