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AL presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se le ha ocurrido celebrar en 2025 los 50 años de la muerte de Franco con el lema España en libertad. Es decir, que sido tan papista como el Papa y ha declarado un año jubilar (o algo así) y le ha puesto un…
LA presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, protagonizó ayer unas declaraciones en Canal Sur Radio, en las que vino a decir que este año “me están dando la del pulpo en el Carnaval de Cádiz”. Añadió que se lo toma con humor. Digo yo que ese pulpo no es para tomarlo como el de la ensaladilla del Lulu. El último pulpo famoso fue Paul, que pronosticaba los resultados del fútbol. Pero desde que palmó, no hay otro pulpo que no sea a la gallega, o en ensaladillas de pulpo, que rivalizan con las de gambas y las de atún, aunque esto es más propio de analizar por Pepe Monforte. Hasta que se ha descubierto que este año a Susana Díaz le están dando la del pulpo en el Carnaval. No es por casualidad, sino por lo mismo que se metían tanto con Teófila, y ya no, ¿para qué?
LA buena gente es malísima, en Cádiz peor todavía. Ya están bramando porque han colocado unas figuras del Dios Momo y la Bruja Piti en el balcón del Ayuntamiento. Insinúan que es una alegoría del cambio, que el Dios Momo representa al mismísimo Kichi, que de tal estaría disfrazado, visto que no puede cantar en la final como en otros tiempos. Y que la Bruja Piti es una simulación de Teófila Martínez, a la que no le han puesto los pelos rubios por disimularlo así. O para que no se interprete como algo personal, según se explicó con el agua de Loreto.
CALIFICAR el fallo del jurado del Carnaval como justo o injusto carece de sentido común. Con el actual sistema de puntuaciones no suele haber grandes sorpresas, aunque algunos puestos se deben al azar de un puntito o dos, que es hilar finísimo. Los finalistas del Carnaval de 2017 son previsibles. Si nos preguntan antes de empezar, sólo hay dos infiltrados: la chirigota ‘No te vayas todavía’, del Bizcocho, de San José de la Rinconada, y el coro ‘La reina de la noche’, de los estudiantes que no todos estudian. Se han ganado ese puesto de honor durante el concurso.
ES una retirada a tiempo. Es decir, a tiempo de convertirse en uno de los personajes míticos del Carnaval de Cádiz, sin insistir en el juego sucio de destrozarse los grupos unos a otros, como acostumbran las comparsas en los últimos años. A tiempo de quedarse fuera de las pequeñas miserias, como si una comparsa tiene dos o tres puntos más, o si este cuenta con más amigos en el jurado. Aparte de que Cádiz, con su ausencia, podrá valorar (con Antonio Martín vivo y coleando) el hueco insustituible que se queda, que será el de la esencia de las comparsas, cuando eran reconocibles, sin buscarle los tres pies al gato que maúlla no se sabe por qué.
ANTES de que apareciera la nueva política, en Cádiz la marea más conocida era la del restaurante de Mikel Elorza en el Paseo Marítimo. También estaba el chiringuito La marea, de la misma propiedad, que no se instalaba en invierno, pues no era costumbre. Igualmente se conocían en Cádiz las mareas altas y las mareas bajas. Así como en verano se hablaba de las mareas de Santiago, cada vez menos, porque con el calentamiento global, las arenas de Costas, o lo que sea, las mareas de ahora ya no son como las de antes, cuando las olas llegaban a veces hasta el Paseo Marítimo. En aquellas viejas mareas no había camisetas de colores, ni se veía a gente de Izquierda Unida y Podemos.