NO hace falta citar los siglos XVIII y XIX para recordar la importancia que tuvo el teatro en Cádiz. Eran otros siglos y otras costumbres. Pero recordemos que en la…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
ABEL Moreno Gómez es un triunfador. Y eso despierta la admiración en la gente sencilla, y es lo que se quedará para la posteridad. Pero también origina envidia, entre los que intentar regatear méritos. Abel Moreno es una figura de la música popular sevillana, andaluza y española, pero no siempre…
A los pocos días de la catástrofe, escribí que Carlos Mazón debía dimitir como presidente de la Generalitat valenciana. Es lo que pensaban (y siguen pensando) la mayoría de los ciudadanos. Ha sido un error mayúsculo que permaneciera en el cargo, con la excusa de que sería el piloto de…

EN estos momentos, Cataluña es un problema irresoluble y, además, no tiene solución. Los independentistas piden lo imposible. Sin embargo, ni la derecha ni la izquierda ofrecen un plan coherente y asumible para que Cataluña siga siendo española, con el apoyo de la mayoría de sus habitantes. Sólo se conseguiría ganando la Generalitat en unas elecciones, y convenciéndolos de que tienen más ventajas que inconvenientes en la España de las autonomías. Para ganar unas elecciones catalanas hubo una gran oportunidad en 2017, cuando Ciutadans fue el partido más votado. Lo gestionaron muy mal; y es uno de los motivos del fracaso posterior de Ciudadanos, que no se arreglará con el traslado de Inés Arrimadas a Madrid. Ahora todo lo que se oye va encaminado hacia la independencia.
LA plaza de las Flores es una de las mejores de Cádiz. No sé si la más bonita, pero sí la más apacible. San Juan de Dios, la Catedral y San Antonio son plazas grandes, a veces inhóspitas por los vientos. El Palillero necesita una reurbanización, que la haga más acogedora y que no la relegue a ser una calle comercial más, un lugar de paso. Las plazas de Mina y de Candelaria están esperando a niños del pasado, con sus canicas y trompos, y a un cochecito lerén que las recorra con nostalgia, sintiendo que el tiempo se nos escapa en cada una de las vueltas. La plaza de San Francisco se la han comido los bares. La de San Agustín sólo es una plaza en Carnaval y en Semana Santa. Pero la plaza de las Flores es de verdad, y no se la deben cargar.
EL progresismo, esa nueva ideología que ha abrazado el Gobierno coaligado, es lo mismo que sus detractores llamaban socialcomunismo. En 1936, los socialistas y los comunistas de diversos troncos y ramas formaron el Frente Popular, que hoy sería el Frente Populista. Pero lo curioso de la evolución histórica es que han pasado de ser los rojos a ser los verdes, debido a sus preocupaciones científico-ecológicas. En Europa se denominan así, Los Verdes, y están en auge, e incluso gobiernan en algunos territorios. Es verdad que los verdes europeos no son como los nuestros, sino un poco diferentes. Por otra parte, en España, el color verde tiene un problema: se lo ha apropiado Vox. El azul cielito lindo ya estaba ocupado por el PP. A los de Vox les han entrado los complejines y se han portado como una derechita cobarde, por no utilizar el azul marino, que hubiera sido lo suyo.
EL Gobierno y Cádiz es una pareja que nunca se ha llevado bien. Se han soportado. Cádiz se puso muy contenta en algunos momentos de su historia, en siglos pasados, que no vamos a recordar. Incluso hubo un gaditano, Segismundo Moret, que fue presidente del Consejo de Ministros, de lo que ha quedado un monumento en la plaza de San Juan de Dios, tras varios paseos, como se sabe. En los últimos tiempos, esta provincia ha contado con varios ministros, unos peores que otros. En la ciudad de Cádiz, el Gobierno de Aznar inauguró el soterramiento y el de Rajoy terminó el nuevo puente, todo ello impulsado por Teófila. Pero los indignados hamn votado a Kichi como alcalde y se acabaron las inauguraciones. Ahora los indignados están en el Gobierno de España.
EN Sevilla hay menos sevillanos, porque cada año nacen menos criaturas, pero falta de todo. Faltan habitantes para llegar a los 700.000, ese sueño de Juan Espadas y los alcaldes anteriores. Faltan sillas y palcos en la carrera oficial para atender la demanda, a pesar del IVA. Faltan casetas de Feria para atender las peticiones de los particulares y las entidades. Faltan tres líneas de Metro que habían prometido en la década pasada. Faltan plazas de aparcamientos para el Lagoh. Faltan los túneles de la SE-40 y la conexión ferroviaria de Santa Justa con San Pablo. Faltan las cubiertas de la Copa Davis en cuanto alguien se despista... Y faltan 80 días para el Domingo de Ramos. Con todo ello, se aprecia que Sevilla es una ciudad que vive a medias,y siempre necesita más, como si la afectara una permanente insatisfacción.