LA Vuelta ciclista a España de 2026 volverá a la provincia de Cádiz y tendrá una etapa importante entre El Puerto de Santa María y Jerez. Importante porque puede ser…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
JUANMA Moreno Bonilla nació en Barcelona, hace 55 años, pero se le considera malagueño. No obstante, esa referencia del lugar donde vino al mundo le condiciona. El pasado fin de semana volvió a Cataluña para presentar su libro, Manual de convivencia, y para asistir a la misa que presidió el…
PUEDE considerarse como una gran noticia que tengamos noticias de Extremadura. La pobrecita Extremadura nunca aparecía en los informativos nacionales, excepto que ocurriera algún suceso grave, o que el hermanísimo del presidente del Gobierno se pase de listo. Sin embargo, ahora tiene importancia. El próximo domingo, día 21, han convocado…

UN cardenal sevillano es un caso muy raro. No tanto como encontrarse con un ornitorrinco por la calle Sierpes, pero casi. Por eso, el nombramiento de Miguel Ángel Ayuso Guixot como nuevo cardenal ha provocado unas reacciones casi desconcertantes. Sobre todo porque es un cardenal nacido en Sevilla, cuya labor pastoral ha transcurrido lejos. No ha sido párroco de la Magdalena, ni canónigo de la Catedral, ni nada de lo que estamos acostumbrados. Ni mucho menos arzobispo de Sevilla, ni siquiera obispo de otras diócesis andaluzas. Por el contrario, el Papa Francisco ha sorprendido nombrando cardenal a un sevillano con poderes en la Curia vaticana, donde ejerce como presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso. Antes fue misionero comboniano, entre otras labores pastorales, diferentes a lo habitual en la archidiócesis local.
DECÍAMOS ayer que viajando se aprende y se confirman las catetadas que lastran el progreso de esta provincia. En concreto, el caso de las áreas metropolitanas. Se debe empezar por la Bahía, pero en el mundo avanzado Sevilla y el Campo de Gibraltar se integrarían también en un área logística del sur de Europa. Pensar en eso suena a cuento chino, porque no van a crear un área amplia, como la del Río de la Perla, que engloba a Hong Kong, Shenzhen, Macao, Guangzhou, Zhuai, Dongguan y otras municipalidades con más de 100 millones de habitantes en total. Nos conformamos con mucho menos. Y para empezar, con un aeropuerto, que por fin se denomine de Jerez/Cádiz.
ES lamentable la gestión del caso de la listeria, incluyendo la reacción de los políticos. En este país, y en esta ciudad, parece que lo más importante, cuando aparece un problema (incluso tan grave como éste), es ver si la responsabilidad política es de la derecha o de la izquierda. Para demostrar que los malos son los otros. Algunos se las prometían muy felices, paradójicamente, porque parecía que iban a pillar al consejero de Salud, el dicharachero médico Jesús Aguirre, que es del PP. Sería el primer patinazo gordo del gobierno de esa Andalucía Suma, que formaron PP y Cs, con la tolerancia de Vox. El trifachito, como decía Susana Díaz. Hasta que se descubrió que el caso sucedió en Sevilla, y que el Ayuntamiento del socialista Juan Espadas tiene competencias. Las habían gestionado con evidente despiste, por decirlo suave. De ese modo, se ha llegado al forcejeo de la culpa no es nuestra, sino tuya.
EL principal problema de Cádiz y su provincia es que vive al margen de la realidad. Siendo poéticos, se podría decir que vivimos como en un sueño, o como en una novela de Murakami, donde las realidades se mezclan con las fantasías y se confunden. Es como un ensimismamiento, del que Cádiz no se despertará, porque tampoco hay muchas ganas. Quizá se vive mejor dentro de un sueño, excepto que se convierta en pesadilla. Pero la realidad va por otro lado. Un ejemplo es el Área Metropolitana de la Bahía de Cádiz, de la que ya nadie habla. Ningún partido la defiende, a pesar de que es la única posibilidad de sobrevivir en un mundo globalizado. Cádiz ocupó un lugar estratégico en siglos pasados, pero ya ni se preocupan.
VIAJAR en agosto es una suerte. Viajando se conoce el mundo, otras ciudades, otros países, y se pueden entender mejor (o peor) otras realidades. Viajando hasta nos podemos convertir en turistas, y practicar en otros lugares lo que criticamos en Sevilla. Viajando se entiende que esta es una gran ciudad, pero no el ombligo del mundo. Y que algunos de los asuntos que aquí rellenan páginas se los tomarían a cachondeo en otros países más avanzados. Además, viajar es una suerte, si te vas lo más lejos posible, porque en otros lugares los trabajadores de las empresas de aviación como Iberia, o las ferroviarias como Renfe, no aprovechan los días con más movilidad del verano para fastidiar la vida a otros ciudadanos, mientras piden solidaridad. Es decir, solidaridad para que te fastidien.