SERÍA muy oportuno que el pleno municipal, con el visto bueno de la comisión del nomenclátor o lo que sea, apruebe la dedicatoria de una glorieta a las plataformas gaditanas.…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
AL mosquito sevillano algunos lo cuidan como si fuera el lince ibérico. Sabido es que el lince ya no está en peligro de extinción, de tanto cariño como se le ha procurado. Pero al mosquito sevillano no hay que permitirle que se propague, sino declararle la guerra y reforzar la…
HEMOS leído en la prensa (en la de papel, por supuesto) que Pedro Sánchez ha presentado un plan de regeneración democrática. Supongo que es una errata, como aquellas de La cárcel de papel, que publicaban en La Codorniz, un semanario humorístico que la generación Z no ha conocido. Y que…
Me tocó vivir como director un cambio de milenio en el Diario. Fue también el tiempo en que tuvo tres sedes en menos de un lustro. Este periódico, que parecía vivir eternamente anclado, como un cañón que guardaba la esquina de las calles Ceballos y Navas, en el corazón más puro del Mentidero, asumió unos cambios revolucionarios. Son los que han llevado desde el formato sábana y el tabloide, hasta leer en un ipad. Unos cambios que hemos asumido, como un mal inevitable, quienes pensamos que siempre nos quedará el papel para leer.
FUE una lástima que el Cádiz no dejara ayer sentenciada la eliminatoria contra el Tenerife. Superó por completo al equipo canario, que sólo se mantiene vivo gracias a la fortuna y al arbitraje anticasero de Arcediano Monescillo. El Cádiz, tras el chupinazo de Aketxe, tuvo todo a su favor para sentenciar, pero en los últimos minutos acusó el enorme esfuerzo realizado. En el terreno de juego se vio que el Tenerife no es un rival tan temible, y que atrás es vulnerable. Por ello, en el partido de vuelta, hay motivos para la esperanza. Aunque será fundamental mantener la concentración que siempre tuvieron ayer.
l A la procesión del Corpus le pasa lo mismo que a la Madrugada: quieren cambiarla l Algunos hablan hasta de que salga el domingo
CON los cambios se puede mejorar (o empeorar), por lo que merecen una sesuda y tranquila reflexión para no cometer errores. Hay una diferencia esencial con la Madrugada: el público que asiste al Corpus nada tiene que ver con el gamberreo de las altas horas. Y la procesión es una síntesis de sutilezas, tanto en los pasos, como en los detalles. Casi nadie perderá de vista que todo se hace a mayor gloria de Jesús Sacramentado. Este año, con la mejoría en el exorno de altares y escaparates, la ciudad ha intensificado el ceremonial característico de su fiesta grande. El Corpus de Sevilla es, a día de hoy, el mejor de España con diferencia.
¿Y por qué nos quejamos? Porque hace calor, situación normal teniendo en cuenta que no vivimos en Groenlandia. Y porque participan muchos capillitas en las representaciones. Esto último, naturalmente, se puede limitar. Pero la procesión del Corpus, con nueve pasos y representaciones de tropecientas hermandades, nunca duraría menos de una hora y media larga. En Sevilla hay muchas hermandades y cofradías.
Ayer la procesión tardó 150 minutos (dos horas y media) en pasar por la plaza del Salvador. Esto supone un cuarto de hora menos que en 2016. Las representaciones capillitas se habían recortado voluntariamente en la mayoría de los casos. La más numerosa volvió a ser la de la Macarena, en torno a 150 hermanos. La acompañaron en el simbólico podio, a considerable distancia, El Gran Poder y Los Gitanos, que superaron en poco los 100 hermanos. En el entorno de los 80 a 100 representantes estuvieron la Esperanza de Triana, La Estrella y San Gonzalo. Al otro lado del río, viven a tope los dos Corpus. Sin embargo, otras cofradías con muchos nazarenos en Semana Santa, como Los Estudiantes, iban cortitas. Cada hermandad crea sus costumbres. La tendencia más generalizada de este año ha sido a recortar.
Viendo pasar a tantos capillitas de todas las edades (con muchos niños y muchos jóvenes, por cierto) algunos se aburren. Se debe entender que el Corpus hay que verlo sentados en sillas de paganini. Así se hace más digerible. Además, en esta procesión se aprende mucho sobre la evolución de las hermandades. Con un poco de experiencia en el sector, se ven interesantes curiosidades.
Por cierto que hay una incipiente tendencia a relajar la disciplina en el vestuario, sobre todo en el femenino. Aunque la gran mayoría de las participantes iban muy correctas, hubo excepciones. Vuelve el color, a veces en tonos discordantes. Y sobran las prendas lenceras de ciertas chicas, que pueden servirles para salir de copas por la noche, pero no es el caso en esta señalaíta mañana. Para los zapatos se debe tener en cuenta que ciertas plataformas complican el equilibrio si vas con un cirio. En la parte noble del cortejo, donde se sitúan las academias, colegios profesionales y demás, esto lo entienden bien y las señoras iban impecables.
La estética tiene un lugar en esta procesión, Dentro del capítulo de uniformes, los hay de premio gordo para un día caluroso, como es el caso de los caballeros de la Real Maestranza, que tienen un mérito indiscutible. Los chaqués aportan una elegancia reconocida en esta procesión. Los sacerdotes y los canónigos también van bien arropados. Todos aguantando el calor humano y divino, que tiene esta mañana, encabezados por el arzobispo, Juan José Asenjo, y el obispo auxiliar, Santiago Gómez Sierra, que iban tras la Custodia.
En la representación municipal, menguada por conocidas razones, salieron, entre otros ediles, el portavoz del PP, Alberto Díaz; y el de Ciudadanos, Javier Millán, que precedían al triunvirato presidencial de gobierno, formado por el alcalde, Juan Espadas; con los tenientes de alcalde Carmen Castreño y Juan Carlos Cabrera. El alcalde Espadas hizo reverencias ante todos y cada uno de los altares que se encontró a lo largo de la carrera. No se le pudo poner un pero laico, en ese sentido. No es alcalde para un pacto sanchista.
El exorno de los pasos estuvo a la altura de la mañana. Quizás más sobrios que en años anteriores. Hubo detalles novedosos, como unos recipientes de cerámica con el escudo de San Gonzalo para los gladiolos del paso de las Santas Justa y Rufina, en vez de jarras de orfebrería, como es común. En tonos vaticanos, de blanco y amarillo, lució el del Niño Jesús. Muy señorial el de la Inmaculada. Muy sobrio el de San Isidoro. Cada pasito tiene sus detalles y contribuyen a que la procesión sea admirable.
El público se entusiasma con la compañía de honores. Aplausos a rabiar. En la plaza del Salvador se cantó el Ave María en la marcha Encarnación Coronada, de Abel Moreno. Era el punto final.
Entre las propuestas que se esbozan, no sólo estaría el recorte de las representaciones, sino medidas más profundas. Algunos hablan incluso de trasladar la procesión al domingo, para que coincida con la fiesta litúrgica. Se basan en que el Papa Francisco ha trasladado la procesión del Corpus de Roma al domingo. A partir de este año, ya no saldrá en jueves.
Pero en Sevilla faltaría mucho para eso. Un día de Corpus como el de ayer nos deja dudas. ¿Para qué lo vais a tocar? Ved que es una maravilla, algo insólito, un oasis de esplendor, a mayor gloria del Santísimo Sacramento. Es un contraste de choque con la vulgaridad de estos tiempos.
José Joaquín León
EN Cádiz no se habla de otra cosa, todos entusiasmados con el ascenso. ¿Tocará, por fin, recuperar el esplendor de los buenos tiempos? Ascender implica sacrificios, muchos años de sinsabores. Que se lo pregunten a Fernando López Gil, el delegado de la Junta que ha pasado a ser viceconsejero de Presidencia con Chiqui Jiménez Barrios. ¿Alguien piensa que ha sido fácil? Pues no. Ha pasado cinco años en el pozo. Y, para salir de ahí, ha necesitado mucha intensidad, no cometer errores que te cuestan un disgusto, aprovechar esos detalles que deciden los ascensos. Y, una vez que lo consigas, cuidado... No sea que te pase como a Gómez Periñán, que también ascendió en su momento y vivió muy buenos días en Sevilla, y ahora apoyaba a Patxi López, que era el último de la fila.
LA gente se fija en todos los detalles. Y después va largando. ¡Hay que ver las diferencias! Mientras la anterior alcaldesa, Teófila Martínez, estaba ayer en el debate de la moción de censura de pitiminí, sentada en su escaño de diputada del PP por la provincia de Cádiz, el actual alcalde, José María González, estaba en la tribuna de invitados de Podemos, viéndolas venir, aunque mucho no se vio. Es decir, se encontraba en el graderío; aunque no se comportó igual que los hooligans que sacan las pancartas en los plenos municipales y le hacen el coro a las intervenciones de la oposición. Sencillamente, había sido invitado como uno de los alcaldes del cambio.