LA globalización nos puede llevar a adoptar los usos y las costumbres de otros países. Es lo que está ocurriendo con las fiestas de Todos los Santos y los Fieles…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
LAS lluvias torrenciales y los vientos provocaron ayer inundaciones y destrozos en Andalucía, sobre todo en las provincias de Sevilla y Huelva. Coincidía la fecha con el aniversario de la dana que causó 229 muertos en Valencia, lo que acentuaba el impacto psicológico. En Sevilla se sabe que las grandes…
A los pocos días de la catástrofe, escribí que Carlos Mazón debía dimitir como presidente de la Generalitat valenciana. Es lo que pensaban (y siguen pensando) la mayoría de los ciudadanos. Ha sido un error mayúsculo que permaneciera en el cargo, con la excusa de que sería el piloto de…

SE habla y se escribe mucho de Madrid, pero los datos de la pandemia en los últimos días son preocupantes para Andalucía, en general, y Sevilla, en particular. Andalucía ya apareció la semana pasada como la segunda comunidad de España con más muertos en siete días, con 51, por detrás de Madrid (87) y por delante de Castilla y León (34). Aunque los datos suben o bajan, según los días, Sevilla ya no es el oasis que fue en el tiempo del encierro. Las cifras de la confinada Casariche llaman la atención, al registrar el triple de contagiados que los distritos cerrados en Madrid. Es un municipio pequeño, en una zona no turística. Los contagios tan altos se habían atribuido “a tres bodas”. Una simpleza.
DESDE tiempo inmemorial, Cádiz ha sido una ciudad anticipada a los tiempos. El talento ha estado presente con grandes aplicaciones en otros siglos, y aún sigue en muchas actividades, la mayoría improductivas. Aquí se han inventado palabras que han sido aportaciones a la lengua española (véase El habla de Cádiz, del profesor Pedro Payán). Un ejemplo es el concepto de lo cursi, cuya historia es conocida, y que se inventó aquí, donde las finuras forzadas se toman a burla. También surgió aquí el concepto del pelotazo, que después aplicaron algunos espabilados a la política corrupta y a los negocios de fortuna fácil, pero cuyo verdadero origen está en el Carnaval. Si bien no es igual un pelotazo inmobiliario que el de una comparsa. Y otra aportación innegable, de plena vigencia, es la paguita.
EL turismo está de capa caída y apretándose el cinturón de esparto, ya se sabe, pero algún día volverá por sus fueros. Con permiso de los confinamientos. Pero el turismo se debe preparar y diversificarse, especialmente si nos espera una Semana Santa sin procesiones y una Feria sin casetas. Antes de la pandemia, en algunos países con mejores datos que España, estaban promocionando el llamado Dark Tourist, sobre el que se ocupó The New York Times (la biblia de las tendencias viajeras). Ese turismo de la oscuridad se basa en los horrores y la repelencia, sobre la base de un lema que nos suena a algo: “Cuanto peor, mejor”.
EL Puente de la Constitución de 1812, al que la gente llama el Nuevo Puente de Cádiz, ha cumplido sus primeros cinco años. No le han organizado una fiesta en el McDonald’s, ni nada de eso, sino que se ha recordado su aportación para la ciudad. Fue la obra pública más costosa del siglo XXI. Sin embargo, en contra de lo que dicen algunos, no fue un capricho de Teófila Martínez. Se pudo hacer más barato, eso sí, porque se encareció con Magdalena Álvarez por motivos políticos (como las reivindicaciones de los astilleros) y por el largo retraso de las obras públicas. No obstante, Javier Manterola es autor de una obra emblemática, que en Cádiz se valorará mejor cuando pase el tiempo y tenga otros dirigentes.
EN los bares sevillanos no se hablaba ayer de otra cosa. El bar ya no es lo que era antes del coronavirus. El bar está deslucido. En el bar la gente ya no desayuna manchando el periódico de aceite o mantequilla, mientras habla a gritos al fulano de al lado, comentando el partido de ayer. En el bar, con un poco de suerte, te sientan en la terraza a dos metros de la mesa vecina, donde puede haber alguien que mueva el sillón (como si fuera Pablo Iglesias) para complicar las cosas y entrar en la zona de alto riesgo. En el bar es raro que un camarero no sufra una desgracia. Ha pasado hasta en los restaurantes de tres estrellas Michelín, hasta a los hermanos Roca, o Ángel León, en su Aponiente, de El Puerto. Pues en el bar, a pesar de todos los pesares y los quitapesares, el VAR es el protagonista. Es un gran invento, que ayuda para mantener a la gente distraída y que no se acuerden de que va en aumento el número de muertos.