HEMOS leído en la prensa (o sea, en el Diario) que este verano no van a funcionar los lavapiés ni las duchas en las playas de Cádiz, según ha confirmado…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
SE suele recordar que la Feria de Sevilla fue ideada por un catalán, Narciso Bonaplata, y un vasco, José María Ybarra. Por supuesto, no eran un catalán y un vasco independentistas, ni la Feria ganadera de 1847, con sus 19 casetas en el Prado, era como la de 2024. Sin…
FALTAN siete días para las elecciones en el País Vasco. Los de EH Bildu sueñan con ganar. Sería su primera vez. ¿Pasearán en gabarra? El mejor padrino para botarla sería Pedro Sánchez, que tanto les ha ayudado, hasta el punto de que ya pocos se acuerdan de que son los…
LA Nueva Inquisición ha puesto en el punto de mira a Carmen, la de Merimée, que es también la de Bizet. De modo que la cigarrera sevillana, como no es una mujer de nuestro tiempo (ya ni siquiera queda la Fábrica de Tabacos en Sevilla), sino del suyo, no puede ser representada como sus autores la concibieron, sino como a unos adaptadores biempensantes se les ocurra. Vamos camino del fundamentalismo a pasos agigantados, y no por motivos religiosos, sino por ideología política.
EL día 12 de octubre que es hoy, festividad de la Virgen del Pilar, se celebra la Fiesta Nacional, el Día de la Hispanidad, la patrona de la Guardia Civil, y otras conmemoraciones que algunos consideran fachas. Así como todos los estados y comunidades autónomas establecen sus fiestas propias (por ejemplo, el 14 de julio en Francia, o el 28 de febrero en Andalucía) parece ser que España no puede tener ninguna. A no ser el 14 de abril, supongo, día en el que izaron una bandera republicana. Igual que hoy será izada la bandera de España, supongo, en su mástil de la plaza de Sevilla, donde se van alternando. Con lo cual se ve que hay banderas y banderas.
Pero eso es lo de menos. Me parece más lamentable que desde Cádiz se haya despotricado contra la Hispanidad de América, considerándola una colonización criminal en la que los españoles malvados fueron a matar indios, como si participaran en una montería. Y como si después otros países europeos, aprovechando la ruta abierta por Colón, no hubieran ido a otros territorios americanos para semejantes prácticas.
¿Cuál es el problema? Que a España le ha fallado siempre la comunicación. La cosa no empezó con Rajoy. Fijarse en lo que hace Puigdemont, que se pasa la Constitución por donde le sale del pito y después pide un mediador internacional, y dice que los masacran, como si fueran los aztecas. Así se supone que ganan la batalla de la comunicación. Será con los chuflas que no saben distinguir una parida de otra.
La Hispanidad es muy importante para Cádiz. Sin la Hispanidad de América no hubieran venido los diputados ultramarinos a las Cortes, ni se hubieran podido emancipar después. Sin la Hispanidad no hubiera existido la independencia de Puerto Rico y Cuba, ni la generación del 98, que surgió de aquello. Sin la Hispanidad no existirían decenas de monumentos, ni sería igual el callejero; está presente en lo más importante de su historia. Sin la Hispanidad no se hubiera celebrado el Bicentenario, ni mucho menos el Tricentenario, porque aquellos barcos iban precisamente hacia América.
El principal problema de la Hispanidad es que algunos analfabetos funcionales han creído que fue un invento de Franco. Y que sólo los españoles han matado en las guerras, como si no hubieran existido dos guerras mundiales en pleno siglo XX, incluso con bombas atómicas. El principal problema de la Hispanidad es la educación tan deformada que padecemos; o sea, que han aprendido que para ser bueno debes convertirte en extranjero en tu propia patria.
José Joaquín León
HOY se cumplen 25 años de la clausura de la Expo 92. Aquel 12 de octubre tuvo un color especial en Sevilla. Fue una jornada en la que hubo de todo: desfile militar, corrida de toros, recepción de los Reyes en el Pabellón Real y la ceremonia de clausura. El Rey Juan Carlos I, en su discurso, afirmó que “el gran impulso nacional del 92 ha mostrado la fuerza de España”. Terminaban las visitas a los pabellones, hasta llegar a 40 millones. A la ceremonia de clausura en el lago asistieron 100.000 personas. Cuando todo acabó, quedó el sentimiento de una pérdida irrecuperable.
CON todo lo que está pasando en Cataluña, ha tenido escaso y fugaz impacto mediático un hecho que me parece muy preocupante: la censura cultural ha vuelto a Cádiz. Por si quedaba alguna duda de que favorecen a unos, en detrimento de otros, a la hora de programar, han dado un paso para ir más lejos. Se interrumpió un ciclo de cine israelí, que había empezado a proyectarse en el ECCO, cuando todavía faltaban dos películas. La motivación fue totalmente política, sin disimulos, con el argumento de que Cádiz se ha adherido a una campaña de Apartheid a Israel, “como respuesta económica a la ocupación de Palestina”.
ASÍ que cuando estaban en lo mejor para ellos (para los independentistas, se entiende) llegó el gatillazo. Fue una gran decepción, que los revolucionarios desenfrenados de la CUP no le perdonarán. Cuando estaban a punto de alcanzar el éxtasis tan esperado, él se vino abajo, y dijo que no podía. Así que lo proclamaba, pero reconoció que lo suspendía, y que había llegado el momento de dialogar. A ver si la próxima vez le sale mejor. Uno de los expertos que mejor conoce este asunto, Josep Borrell, lo resumió en una frase profética tuitera: “Evitarán la tragedia, pero continuarán la comedia”.