SER gaditano de nacimiento es lo peor que te puede pasar para tener un reconocimiento en Cádiz. Desde que fue restaurada la democracia, todavía ninguno de los que han ejercido…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
SE suele recordar que la Feria de Sevilla fue ideada por un catalán, Narciso Bonaplata, y un vasco, José María Ybarra. Por supuesto, no eran un catalán y un vasco independentistas, ni la Feria ganadera de 1847, con sus 19 casetas en el Prado, era como la de 2024. Sin…
FALTAN siete días para las elecciones en el País Vasco. Los de EH Bildu sueñan con ganar. Sería su primera vez. ¿Pasearán en gabarra? El mejor padrino para botarla sería Pedro Sánchez, que tanto les ha ayudado, hasta el punto de que ya pocos se acuerdan de que son los…
A alguien se le olvidó una maleta en un tren de media distancia que cubría la ruta entre Sevilla y Jaén. Otra persona la descubrió y el mundo quedó paralizado en Peñaflor, cuando eran las 8:55 horas del miércoles 31 de enero. Dos horas después, el tren pudo reanudar su marcha. Por medio, los técnicos del Tedax inspeccionaron la maleta y llegaron a la conclusión de que no estaba cargada de explosivos. ¿Qué precio ha tenido ese descuido? ¿Cuánto ha costado a los españoles? Puede que no sea tanto el gasto como las molestias causadas. La noticia de la maleta fue difundida en toda España. El delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, dio las explicaciones oficiales. Hasta ahí llegó.
A estas alturas, camino de los tres años, nadie se puede extrañar por las chapuzas municipales de Cádiz. El chapú es el método habitual del gobierno local. Con el chapú se crea una ciudad chapucera, y peor que será si no se remedia en su momento. En el caso de los autobuses y las lanzaderas, era evidente que sucedería lo que ha sucedido. Pero no por motivos burocráticos, sino porque es un escándalo contrario a la ideología populista podemita. Ya lo escribí el viernes pasado: “gente modesta de las provincias limítrofes, e incluso de la nuestra, a las que perjudicarían con esa decisión, si no dan marcha atrás, como sería de esperar”. La marcha atrás se veía venir. Es lo que mejor les sale.
SE suele decir que las encuestas son un diagnóstico en un momento dado. Cuando lleguen las elecciones, el momento será diferente. No obstante, el Barómetro Socioeconómico de Sevilla, que ha elaborado el Centro Andaluz de Prospectiva presidido por Antonio Pascual, ofrece unos datos que son bastante favorables para el alcalde Espadas y su equipo de gobierno. Lejanos quedaron aquellos tiempos pretéritos del “Alcalde, babucha, el pueblo está en la lucha”, pero el Ayuntamiento es el manifestódromo principal de Sevilla. Es decir, que siempre hay cabreados e indignados por algo que protestan en la Plaza Nueva. Aun así la gente de a pie está razonablemente contenta; o eso, se supone en el barómetro.
LA Transición ha terminado. Es la conclusión a la que se llega después del último número de la revista Interviú, que pasa a la historia del periodismo, igual que Tiempo, de la misma editorial. Fueron inventos de Antonio Asensio, que apostó fuerte por un periodismo diferente: uno más ordinario y agresivo en Interviú y otro más serio y riguroso en Tiempo. Ambos con cierto progresismo como bandera, para las costumbres y la política. Sin embargo, con el tiempo, ese progresismo ha pasado a ser sexista, después de la gran confusión que existe en la visión ultra del body. Igual elogian el exhibicionismo pectoral de Femen que el burkini en las playas.
EN la madrugada del 30 de enero de 1998, el concejal sevillano Alberto Jiménez-Becerril y su esposa, la procuradora Ascensión García Ortiz, regresaban a casa. Era una noche fría, desapacible y solitaria. Él fue condenado a muerte por ETA, tan sólo porque era un concejal del PP, una víctima fácil, un hombre que pasaba habitualmente por aquellas calles enmarañadas. A ella no la tenían como objetivo, pero acompañaba a su marido en el momento fatídico, y se convirtió en víctima. Sonaron disparos en la calle Don Remondo. Así mataron a un matrimonio. Así quedaron unos niños huérfanos. Así asesinaba ETA en nombre de la revolución del pueblo vasco. Así de crueles eran esos gudaris de la mierda.