AL edificio de la Casa de Iberoamérica en Cádiz todavía se le conoce como la Cárcel. Lo mismo pasa con la plaza de toros, los cuarteles y otros edificios que…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
A la gastronomía sevillana la tienen discriminada en las guías, así se encomienden a Dios o al diablo. En la Guía Michelín, Sevilla y su provincia se quedaron entre las peores de Andalucía. Y lo más chocante es que la Guía Repsol ha inventado este año unos soletes de Navidad…
UNO de los motivos por los que Pedro Sánchez consiguió la presidencia del Gobierno fue el miedo a Vox. La posibilidad de que Alberto Núñez Feijóo necesitara un pacto con Vox para gobernar, según auguraban las encuestas, impulsó el voto del miedo, con una movilización del electorado socialista. Y quizás…

CANTABA Lucho Gatica que la distancia es el olvido. Y después lo han cantado muchos más, en diferentes versiones. Pero no hace falta recurrir al bolero para dar el cante. En Cádiz lo vemos constantemente. La distancia es la excusa para el olvido y el abandono. A Cádiz la engañan casi de continuo, con promesas que no se cumplen y con silencios que caen en el olvido, entre la indiferencia. Cádiz sólo es noticia para el cachondeo del Carnaval, para los conflictos del Metal, o para los simulacros de catástrofes, en los que se representa un teatro imaginario. Por cierto, felicidades a la niña que llevó un estandarte. No podía faltar.
SEVILLA es una ciudad polarizada en lo futbolístico. La rivalidad entre Sevilla y Betis (o a la inversa) se traslada incluso al cartel de la Cabalgata de los Reyes Magos, obra de Fernando Vaquero. En ese contexto, se ha consolidado la tercera vía del fútbol sevillano: el estadio de La Cartuja, que tiene vida propia. El estadio se ha encumbrado como un escenario neutral, en el que la selección de España ha certificado como un trámite su calificación para el Mundial de 2026. Con el aforo medio lleno o medio vacío: asistieron 30.812 espectadores.
AVISO a los navegantes: es una tentación muy grande tomarse a cachondeo el maremoto del 20 de noviembre. Como muchos gaditanos, por cierto. Predomina una teoría, muy extendida, según la cual este simulacro de maremoto (no le digáis tsunami, que suena a japonés) es un invento del consejero de Emergencias, Antonio Sanz. ¿Para distraer a la gente de los cribados? No, para suministrar un material adecuado a los repertorios del Carnaval de Cádiz de 2026. Para los cuplés puede ser estupendo. Y, además, que tal como se ha planteado no parece un maremoto de verdad, sino lo que es: un simulacro. Los maremotos de verdad no suelen avisar una semana antes, ni decir que te van a enviar la señal de emergencias modelo Ventorro el 20 de noviembre a las 10:03 de la mañana.
VERDADERAMENTE corren tiempos difíciles para el literato puro y duro. En el Premio Planeta se ha pasado de tener como finalista a Juan Benet (1980) a que lo gane Juan del Val (2025). Casi medio siglo de literatura democrática. Hemos pasado de jalear a Joyce a que cualquier político es escritor. Hasta Pedro Sánchez o Juanma Moreno. En eso han copiado al régimen anterior. El ministro franquista Gonzalo Fernández de la Mora escribió El crepúsculo de las ideologías, un ensayo filosófico con el que le compararon con Nietzsche y otros así, puede que incluso con Santo Tomás de Aquino. Y lo más terrible es que hasta los de la oposición andaluza fueron al Parlamento de las Cinco Llagas, a hablar de Manual de convivencia, el libro de Juanma Moreno.
UNA de las singularidades de este país es que la mayoría de los políticos viven en otro mundo. Se han instalado en unos relatos de fantasías que ocultan la realidad. El sanchismo gobierna gracias a sus relatos. Han conseguido despistar a la gente, y mantenerse en el poder sin mayoría parlamentaria estable y sin presupuestos desde hace dos años. Manda huevos que se hable y se escriba más de las presuntas filtraciones del fiscal general de Estado que de la subida de los huevos y los alimentos en general. Nos han engañado, diciendo que somos la locomotora económica de Europa, y lo peor es que algunos ingenuos se lo creen. Pero sólo se refieren al PIB. Hay otros indicadores pésimos.