EL atentado de un yihadista islámico en Algeciras ha causado una profunda conmoción. Es lógico. En el ataque perpetrado en dos iglesias por Yassin Kanjaa falleció el sacristán de la…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
EN la partida por la Alcaldía, Antonio Muñoz se ha sacado un as de la manga: la Ley de Capitalidad para Sevilla. Digamos que puede ser una forma de contrarrestar la mala compañía de Pedro Sánchez. El alcalde socialista ha recurrido a una propuesta que defendió el PP (y singularmente…
LA guerra del coronavirus parece que ha terminado. Aunque la OMS informó el pasado viernes que hay casi 40.000 muertes semanales por Covid en el mundo, de ellas la mitad en China. En Wuhan empezó todo y ahí quedó. Han pasado tres años desde que algunos visionarios alertaron del riesgo…
HOY es 4 de diciembre, el día de la Bandera de Andalucía. Esta fiesta es nueva, aunque con trasfondo histórico. Ha sido aprobada por la Junta, siendo presidente Juan Manuel Moreno Bonilla, que estuvo listo. La izquierda situada a la izquierda del PSOE (a la que no se denomina extrema izquierda) suele reivindicar el 4 de diciembre como el verdadero día de Andalucía, por las manifestaciones de 1977. También Alejandro Rojas-Marcos, líder del extinto PA, le recordó a Juanma la importancia histórica de esta fecha. De modo que el presidente de la Junta decidió la creación del Día de la Bandera de Andalucía, para que no lo adelanten por el carril del andalucismo reivindicativo. Y, a la vez, para distinguirse aún más de Vox, que es alérgico a las celebraciones de la autonomía andaluza, aunque tienen a 14 diputados cobrando en el Parlamento.
CÁDIZ y Sevilla son dos provincias andaluzas que funcionan en la práctica como si fueran una. Eso hay que tenerlo en cuenta al hablar de las conexiones de la autopista AP-4 y la autovía Nacional IV. Los flujos y desplazamientos entre Cádiz y Sevilla son los propios de un área metropolitana amplia. Si no fuera por el catetismo que sufrimos en nuestra Andalucía, y por las rivalidades aldeanas, las sinergias funcionarían mejor. Pero no voy a entrar en aspectos filosóficos, ni en detalles de macroeconomía. Entre Cádiz y Sevilla hace falta una autopista (de peaje barato) con tres carriles en cada sentido y una autovía gratis completa. No hay que elegir entre lo uno o lo otro, sino exigir al Gobierno ambas infraestructuras.
LAS grandes ciudades suelen infravalorar a sus provincias, que se dividen en la capital y los pueblos. Eso ocurre en Sevilla, que es una gran ciudad, aunque no cuente con estatuto propio o algo así. Madrid, que es la capital de España, para disimular a su provincia, la ha elevado a la categoría de comunidad autónoma. Y en vez de tener una presidenta de la Diputación, resulta que Isabel Díaz Ayuso es la presidenta de la Comunidad de Madrid, y quiere ejercer a un nivel como de contrapeso para el jefe del Gobierno de España, nada menos. En Madrid se suele distinguir, para las galas, entre Madrid y “provincias”.
A veces el amor también existe, aunque escriba sus letras con renglones torcidos. A veces se llega al amor por unas veredas que ocultan rincones de dificultad, que deben esquivarse con las verdades por delante. Ha fallecido Pepi Martín Carrera, una gaditana cabal, que por sí misma merecía admiración y elogio. Pero que era imposible de distinguir sin su media naranja: Pedro Payán Sotomayor. Ambos estaban unidos e indisolubles, hasta que la muerte traicionera se presentó, de repente, una tarde de noviembre en un piso de la Segunda Aguada; los separó y se llevó por delante la sonrisa clara y sincera de Pepi. En los últimos años, ella vivía para cuidar a Pedro, por sus problemas de visión. Pepi parecía más joven de lo que era, siempre activa, y dispuesta para estar a su lado y para aportarle vitalidad.
EL político español más influyente en la última década es Pablo Iglesias Turrión. Y el que más daño le ha causado a la democracia de este país también, porque ha sembrado la cizaña del populismo, que ha crecido a la izquierda y a la derecha. Llegó levantando la bandera de la nueva política, como una alternativa de izquierda. Y desde la derecha le opusieron como alternativa a Ciudadanos, que ha fracasado, porque jugaban a liberales y socialdemócratas, y para liberales ya estaba un sector del PP y para socialdemócratas un sector del PSOE. Se consolidó en el extremo izquierdo Podemos, y en el extremo derecho irrumpió Vox, que también son hijos de ese populismo, aunque con las ideas al revés. Los dos se necesitan y se alimentan, como se ve estos días.