EL Congreso de la Lengua Española ha tenido una inauguración cajonera. Las dos noticias principales que han llegado a la gente sencilla que usa la lengua con naturalidad son: 1.…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
EL Pregón de la Semana Santa de Enrique Casellas ha sido un éxito. Como ha gustado, como ha tenido muy buenas críticas, puede marcar tendencia. Algunos ya suponen que los pregones van a quedar marcados en los próximos años por esta línea de Enrique Casellas, que se inspira en la…
LA gente inteligente pero artificial cree que todas las secretarias de Estado del Gobierno de Pedro Sánchez son como la podemita Pam de Igualdad. De esta señora, Ángela Rodríguez, vulgo Pam, se dice que es filósofa y política, aunque no es filósofa de la escuela de Aristóteles ni de Platón,…
TODOS los años la gente dice lo mismo: el mundo se para en Cádiz cuando llega el Carnaval. Bueno, todos los años no. Porque el último concurso lo organizaron fuera de temporada, como en los tiempos de las Fiestas Típicas Gaditanas. Por suerte, la pandemia se acabó, o eso parece, porque ya no cuentan los muertos, ni vemos al doctor Simón. Ya sólo exigen mascarillas para viajar en el transporte público, pero esa limitación terminará pronto. En Cádiz la gente llegará a los días grandes del Carnaval sin mascarillas, sólo con máscaras. El Carnaval ha vuelto a la normalidad. Y se volverá a decir que el Carnaval tiene la culpa de todos los problemas de Cádiz. Como si el Carnaval fuera el alcalde.
A la Cartuja le cabe todo. Con razón, se la califica como una isla mágica. Desde que acabó la Expo 92, empezaron a decir que aquel sería un terreno baldío, donde proliferarían los jaramagos y se notaría el despilfarro multimillonario de aquel evento. Después empezó otra polémica sobre el estadio llamado Olímpico, cuando Alejandro Rojas-Marcos defendía que Sevilla organizara unos Juegos Olímpicos y Manuel Ruiz de Lopera intentó que se lo regalaran al Betis. Mientras se decía que allí no habría nada, se instalaba todo lo nuevo. Y así seguimos, como si fuera un cajón de sastre, que no de desastres. Es raro que la Agencia Aeroespacial no se ubique en tan maravillosa isla. Pero habrá otras novedades.
EN los dos últimos partidos disputados en el estadio llamado Nuevo Mirandilla (antes Carranza) al Cádiz CF le han mangado cuatro puntos por la cara. Teniendo en cuenta que el equipo es malo, no sería necesario que los árbitros lo conviertan en peor de lo que ya es. Hacen falta fichajes en enero. Pero es intolerable que se burlen de un club de Primera División y de su afición. Es una falta de respeto y hasta de buena educación. Las felonías no vienen de esta temporada, sino que ya la anterior fue de semejante porte. El Cádiz se salvó en la última jornada, gracias a que Jorge Molina, jugador del Granada, falló un penalti ante el Espanyol. Si lo hubiera marcado, ahora los partidos del Cádiz serían de la Liga Smartbank (más conocida como Segunda División).
A medida que nos vamos haciendo mayores (que no viejos), vemos las cosas con cierto distanciamiento. Es decir, como si ya las hubiéramos visto. Cada década resulta tan prodigiosa como las anteriores, pero llegan gentes nuevas, con vocación de descubridores de lo ya descubierto. En esta temporada de rebajas lo estamos viendo con el edificio de la plaza del Duque 6, que permanece cerrado. Allí, cuando se acondicione, se abrirá la nueva flagship de Zara en Sevilla. Para triunfar en el comercio sevillano no basta con entrar en la Campana, donde existe una tienda de Zara, sino que se debe pedir la venia en la plaza del Duque. Allá donde El Corte Inglés se estableció, y no recordaré los detalles de lo que existió antes. Por el contrario, donde se abrirá la nueva tienda de Zara se debe recordar que ya hubo flagships de otras empresas. Y que ese edificio, con perdón, tiene un historial ruinoso.
EN aquel tiempo dijo Enrique Tierno Galván a sus discípulos: “En verdad os digo que voy a escribir un bando”. En aquel tiempo de la Transición, ahora tan denostado por los cachorrillos del poder, en las alcaldías y los ministerios había algunos catedráticos. Entre los ministros andaluces de Adolfo Suárez, estaban Manuel Clavero Arévalo y Jaime García Añoveros, dos de los más prestigiosos catedráticos de la Universidad de Sevilla. En el PSOE, en el PCE, en AP, en los principales partidos, incluso en CiU, el PNV o el PSA, contaban con catedráticos y sus respetadas opiniones, aunque había políticos de otros perfiles. En cierto momento, se criticó al Gobierno de Felipe González, tachándolo de Gobierno de PNN.