A finales de enero, los representantes de la Junta de Andalucía, la Diputación Provincial, el Ayuntamiento de Cádiz y la UCA anunciaron un plan para salvar el edificio de Valcárcel,…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
SUMAR para después restar. Es lo que ha decidido el Gobierno con la subida del salario mínimo. Yolanda Díaz estaba muy contenta, porque lo habían subido a 1.184 euros en 14 pagas. Y suponía que esa medida (beneficiosa para muchos jóvenes y personas en situación precaria, por no decir lamentable)…
FRANCO murió hace casi 50 años, y medio siglo después tenemos un Gobierno en el exilio. El presidente del Gobierno en el exilio se llama Carles Puigdemont y reside en Waterloo. Es como Don Juan para los monárquicos cuando se exilió en Estoril. A Waterloo van todos en peregrinación para…
LOS premios y honores que se conceden en la ciudad de Cádiz están sujetos a comentarios. Entre ellos, los más habituales en las conversaciones de los entendidos suelen ser las dedicatorias de calles, y también los de hijos predilectos y adoptivos. Como el Ayuntamiento no los suele conceder de uno en uno, sino a varios de una tacada, las designaciones quedan más repartidas. Y así lo que a unas personas les parece mejor a otras no, y a la inversa. Siempre ha pasado y este año también. Todos los premiados tienen méritos, y otros que pudieran haberlo recibido también. Entre los premiados por el Ayuntamiento, yo me quiero referir a Ramón Velázquez.
AL llegar a la Catedral, el Señor se encontró con un amanecer de color celeste pálido. Un cielo que parecía la capa de la Purísima, en esa mañana del 8 de diciembre. Dentro de la Catedral, iba a ocurrir algo inimaginable en los mejores sueños. El Señor se detuvo ante el Cristo de San Agustín, que reproduce una de las devociones más antiguas de Sevilla. ¿Cuántos moribundos le rezarían a la antigua imagen en otros siglos? El Señor se quedó, poco después, ante la Virgen del Socorro, la Madre del Crucificado del Amor, que fue tallado por las mismas manos de Juan de Mesa. El Señor, cuando llegó a la altura del altar de plata, se volvió frente a la Virgen de los Reyes. Era una mañana fría. Ahí latía el recuerdo de una madrugada fría, en la Catedral a oscuras, cuando el monumento con el Santísimo brillaba en la Capilla Real, y el Gran Poder de Dios pasaba ante la Reina de los Reyes.
HOY es la fiesta de la Inmaculada, la patrona de España. El festivo laboral se ha trasladado a mañana en Andalucía, para que no lo pierdan las trabajadoras y los trabajadores. Tampoco se debería perder la memoria de este día, que es una de las glorias religiosas de España y de Andalucía en particular. La defensa que hizo el pueblo de la Inmaculada Concepción de la Virgen fue ejemplar, hasta que el Papa Pío IX proclamó el dogma en 1854. En Roma, el monumento de la Inmaculada está en la plaza de España. Y por eso cuando el Gobierno de Felipe González estuvo a punto de cargarse el festivo del 8 de diciembre, hubo otro movimiento, comandado por las hermandades y cofradías, que lo evitó. Y eso es lo que se celebra hoy, cuando el invierno se asoma por la puerta del calendario, en un día que es blanco y celeste, como la Inmaculada de Murillo.
EN la ciudad de Cádiz circulan muchos tópicos. Se suele decir que Cádiz es chiquitito y aquí se conoce todo el mundo. La familia Pettenghi es un buen ejemplo. En Cádiz, probablemente se pudiera decir que una persona de cierta edad que no haya conocido a José Pettenghi padre y a José Pettenghi hijo no es gaditano, o estaba muy despistado. Y eso nos remitiría a ese Cádiz vecinal y pueblerino donde casi todo el mundo se conoce. Pero también a ese Cádiz cosmopolita que los Pettenghi llevan en su apellido. Y asimismo al interés cultural de ambos Pettenghi, que eran dos hombres ilustrados, siendo tan distintos de ideas.
Ahora se denomina piedad popular a lo que en otros tiempos se llamó religiosidad popular y catolicismo popular. Es curiosa la evolución que este asunto ha tenido a partir del Concilio Vaticano II. Las hermandades y cofradías, con su afición por lo barroco, las liturgias solemnes y las tradiciones folklóricas, entraron una dinámica de latente confrontación con los sectores que presentaban aquel Concilio como una ruptura con el pasado. Se estableció una dialéctica errónea, que tendía a considerar progresista y de futuro la tendencia hacia lo sencillo o incluso lo vulgar. Mientras que se valoraba como tridentino, caduco y condenado a perderse ese boato, que algunos tachaban como contrario al espíritu evangélico. En resumen, las hermandades y cofradías fueron vistas como asociaciones ancladas en el pasado, con poca formación religiosa y con elementos espurios que se debían evitar, en aras de una religiosidad más perfecta.