A finales de enero, los representantes de la Junta de Andalucía, la Diputación Provincial, el Ayuntamiento de Cádiz y la UCA anunciaron un plan para salvar el edificio de Valcárcel,…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
SUMAR para después restar. Es lo que ha decidido el Gobierno con la subida del salario mínimo. Yolanda Díaz estaba muy contenta, porque lo habían subido a 1.184 euros en 14 pagas. Y suponía que esa medida (beneficiosa para muchos jóvenes y personas en situación precaria, por no decir lamentable)…
FRANCO murió hace casi 50 años, y medio siglo después tenemos un Gobierno en el exilio. El presidente del Gobierno en el exilio se llama Carles Puigdemont y reside en Waterloo. Es como Don Juan para los monárquicos cuando se exilió en Estoril. A Waterloo van todos en peregrinación para…
LA temporada de playas ya ha comenzado en Cádiz. En teoría, el Domingo de Ramos, día 9 de abril. En realidad, comienza cuando llega el buen tiempo. Y, una vez que ha pasado el Carnaval, la Cuaresma y la Semana Santa, se convierte en el principal aliciente del ocio de la ciudad. Por eso, los periodos municipales de temporada baja, media y alta sólo interesan para organizar los servicios. Pero los gaditanos fijan la temporada de playa cuando les da la gana; o sea, cuando les apetece. Al principio van con más ganas que al final.
Nos abruma de nostalgia cuando recorre el barrio de los poetas. Pero esta Soledad no oculta una derrota. Hay esperanzas dentro de cada una de sus lágrimas
ESTA solitaria Virgen que pasa ahora, delante de una cruz en la que se mece un sudario, la que avanza presurosa, se diría que desgarrada, es la cumbre del dolor de una Madre. Atraviesa con sigilo extasiado las calles de San Lorenzo, como si temiera enajenarse con un rumor que la perturbara, como si fuera indiferente a las saetas, como si sólo viviera dentro de sus pensamientos.
Esta Virgen es la que nos provoca nostalgia en la noche del Sábado Santo. Es la que abre un camino difícil, el que conduce de su soledad a la esperanza, de los silencios de muerte a las campanas de júbilo, de la oscuridad al alba. Es la soledad sonora que no necesita palabras. Es la misma Soledad que le prestó su rostro a un retablo de azulejos en el cementerio, donde todos los días es Sábado Santo, donde la cruz está más alzada, apuntando siempre al cielo. Es allí donde sus lágrimas parecen más espesas.
LA cofradía de la Expiración, que tantos vínculos mantiene con la Guardia Civil, se ha trasladado al barrio de los gitanos de Cádiz. Hoy saldrá de Santa María. El cierre por las obras de la iglesia castrense del Santo Ángel impide que vuelvan las escenas de tantos Viernes Santos, cuando el Cristo de la Expiración y la Virgen de la Victoria salían, frente al Teatro Falla, para abrir las estaciones penitenciales del Viernes Santo. Aunque la actividad de la parroquia se trasladó a Capuchinos, tampoco podían salir de allí. Así que las circunstancias forzaron el traslado a Santa María, donde ha compartido momentos inolvidables junto al Nazareno.
Esta madrugada vuelve a ser 14 de abril. Es una fecha histórica. En 1995 se encontraron en la Catedral, cara a cara, las Esperanzas
SUCEDIÓ en la Catedral. Pocos pudieron verlo. Cuando las dos se quedaron frente a frente, cuando se cantaba la Salve más esperanzadora jamás imaginada, resbalaron lágrimas. Nunca más lo verían aquellos privilegiados. Nunca más ha sucedido. Ya han pasado 22 años. Y esta madrugada coincide con otro 14 de abril.
Ocurrió por casualidad, como a veces pasan los milagros. Madrugada amenazando lluvia, inquietante. A las cinco y media empieza a llover. La Virgen de la Concepción ha entrado en San Antonio Abad. El Gran Poder apresura el paso desde la plaza del Museo, cubierto, para guarecerse cuanto antes en San Lorenzo. El Señor de la Sentencia avanza hacia la Anunciación. Pero la Esperanza Macarena se queda en la Catedral.
PARECE que fue ayer, pero van pasando los años. Hubo un tiempo en que la madrugada del Viernes Santo se vivía plenamente en El Pópulo. A medianoche, salía la cruz de guía de Sanidad, con los negros penitentes que acompañaban al Señor del Mayor Dolor y la Virgen de la Salud. A oscuras, sólo con tímidos reflejos de la luna. Era el principio de una noche mágica. El silencio apenas roto por los rumores lejanos del cortejo del Nazareno. En las calles del Cádiz más antiguo se iban a vivir más de 10 horas inolvidables.